¡Santo y seña!

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Con este diálogo nos enseñaban a «defender» el fuerte durante nuestra época de soldados de reemplazo al cumplir el servicio militar, más conocido como La Mili.

¡Qué horror!, cuando por primera vez te dirigías a la garita de guardia, con un arma cargada de balas, y te quedabas de plantón durante dos horas que duraba tu turno de guardia. La mente volaba lejos de allí y creo que la mayoría de personas a las que nos tocó hacer una guardia de esas estábamos literalmente «cagados de miedo». En mi caso puedo decir que sí lo estaba. Tal vez fuese cobardía o simplemente sensatez. Yo desde luego que no estaba dispuesto a disparar a nadie que se acercara con «aviesas» intenciones más cerca de cuatro metros de mi puesto. Pero siempre surgía la duda de si vendría algún enemigo a atacar nuestro cuartel y si seríamos capaces de «disparar a matar».

Yo inmediatamente llegué a la conclusión de que no mataría a nadie mientras me quedase algo de la razón que intentaron hacerme perder. ¿Cómo se le puede inculcar a alguien la idea de matar por el mero hecho de ir a hacer la mili?.

Mi hermano hizo la mili como Alférez Médico y por tanto su arma reglamentaria era una corta, es decir una pistola que inmediatamente de recibida metió en una caja fuerte para que no se pudiera disparar ni de manera accidental. ¿Un médico ha estudiado para disparar el arma con la que ir totalmente en contra de su juramento hipocrático?. En fin la mili tenía estas incongruencias tan enormes para cualquier persona «civil» en época de paz y sin nada que defender más que su propia personalidad. Y eso es lo que intentaban anular durante ese período: La independencia de criterio, la voluntad y la sensatez. Lo único que había que hacer era obedecer.

Yo siempre dije que me habían «obligado» a hacer la mili para hacerme «un hombre» (yo ya era hombre antes de ir), pero les jodí el invento porque, al tercer día de estar en el cuartel, me vino la regla. Y es que fuí tan rebelde como para convertirme en mujer, sólo por JODER…

Hoy he hablado de esto porque sin darnos cuenta estamos todo el día utilizando el mismo sistema cada vez que entramos en distintas páginas donde se requiere nuestra autentificación y siempre te preguntan cosas así: Identificación o e-mail y Password. Afortunadamente no esperamos encontrarnos con ningún enemigo, si acaso abrimos la puerta a algún que otro virus, pero eso se soluciona formateando y sin pegar un solo tiro…

Acerca de Carlos

Expiloto de líneas Aéreas, aficionado a las artes: Pintura, Literatura, Música, Fotografía, con ganas de divulgar aquello que he vivido a lo largo de mi experiencia profesional y humana..

4 respuestas a “¡Santo y seña!”

  1. existen dos tipos de santo y seña dentro de la milicia.numerico y de palabra. la numerico. consiste en dos numeros q te sumen 10. y el de palabra. las dos contraseñas deben empezar por la misma letra. gracias

  2. Lamia , Muy bueno el doble sentido que le has encontrado. Tal vez siendo mujer lo hubiera tenido más fácil (dicen que sois vosotras las que controlais). Yo me refería a joder el sistema montado. Lo de los espías te lo contaré de este modo tan gráfico en el que se demuestra como nos localizan los satélites a través de nuestros teléfonos: http://www.track-your-partner.com/

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