¡Vaya comité de bienvenida!



Hace años tuvimos un vuelo de lo más incómodo que se pueda soportar. Habíamos ido a buscar al Sr. Manuel Chaves, presidente de la Junta de Andalucía,con varios de sus consejeros y un nutrido grupo de empresarios que habían realizado unas jornadas de promoción y encuentros políticos en Marruecos. El vuelo en cuestión era desde Rabat a Tánger y la duración prevista era de unos 35 a 40 minutos. Debido a las condiciones meteorológicas éste duró más de 1 hora. La situación atmosférica había ido empeorando progresivamente y se habían formado infinidad de pequeñas tormentas por toda la zona, lo que nos obligó a desviarnos continuamente de la ruta. La turbulencia además fue continua y en muchos momentos fuerte, tanto es así que el Sr. Chaves no pudo tomarse una tónica que había pedido. En fin que tras un desagradable «periplo» aterrizamos en Tánger bajo un tremendo aguacero.
La pista estaba toralmente anegada de agua, y el rodaje lo hicimos muy lento. Para nuestra sorpresa, conforme nos aproximábamos a la salida de pista, observamos unos bultitos sospechosos que se movían a saltos y cada vez en mayor cantidad. Finalmente descubrimos que se trataba nada más y nada menos que de: «RANAS».
Posteriormente me informé de que hay unas especies de ranas que viven aletargadas bajo las arenas, recubiertas de una membrana de la que salen cuando hay suficiente agua en el entorno, se comen la membrana, se hinchan de agua y se vuelven a aletargar cuando ya no tienen otra posibilidad. Así que fuimos testigos de un pequeño «milagro» dificil de ver habitualmente.
Como recibimiento no fué nada protocolario, pero no creo que a los Sres de la Junta les importara mucho después del vuelecito que tuvimos.  

Una respuesta a “¡Vaya comité de bienvenida!”

  1. Menudo viajecito, menos mal que al final eran ranas, si llegan a ser cangrejos…
    Digo esto ya que en un viaje en coche desde Caracas a (no recuerdo la población) viajando de noche vimos algo que en grupos muy extensos atravesaba la carretera que estaba en las proximidades del mar. La conductora del todo terreno empezó a esquivar o por lo menos a tratar de hacerlo, a los enormes cangrejos ya que de ellos se trataba y yo le dije que más da un cangrejo mas o menos, estos salian del mar a comer en los prados cercanos, ella de momento no me dijo nada, pero al poco vimos un vehículo cambiando una rueda, entonces me miró y me espetó -ves era por los pinchazos», tuvimos suerte no llegamos a pinchar aunque chafamos muchos.
    Saludos

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