Del Román Paladino a las lenguas vehiculares

 


 

El latín culto, que estudiábamos a base de declinaciones y las Guerras de las Galias, se adaptó a la realidad social de la España romana y poco a poco se convirtió en algo más popular, más natural y se convirtió en Román Paladino, en el cual hablaba el pueblo a su vecino…

Ahí se empieza a escribir en una nueva lengua, hija del latín y que recoge los primeros testimonios escritos de una nueva forma de comunicación, en lo que derivó definitivamente hasta lo que conocemos por Español. Un idioma rico, lleno de matices, de expresividad, de emoción y que se ha ido enriqueciendo con el paso de los siglos incluyendo términos y giros propios de todos los países hispanohablantes, y de los barbarismos que obligadamente adoptamos del Inglés y Francés fundamentalmente, pero sin olvidar que tenemos muchos más componentes tomados también del Griego clásico.

Como lengua sirve para entenderse (siempre que se intente), y lógicamente tiene una forma local de expresión, de acento, de variación gramatical que, aunque no sea muy ortodoxa con lo que la Real Academia de la Lengua fija, se convierte en una forma coloquial de entenderse y por tanto resulta práctica en un entorno más o menos amplio.

De aquél Román Paladino ancestral surgieron también otras lenguas, también españolas, también universales, que fueron tomando identidad propia; Catalán, Gallego, Fabla, Bable, Valenciano, Mallorquín… y que sirvieron como vehículo de cultura, de comercio y de conquista incluso, imponiendo el sello de España y su lengua allá donde se extendió el Imperio Español.

En apenas 30 años de democracia, hemos convertido las lenguas españolas en un bastión identitario, en un motivo de conflicto en lugar de en una forma de entendimiento. Les llaman lenguas vehiculares, lenguas cooficiales, y toda clase de eufemismos para referirse a lo que el pueblo, de siempre, ha llamado lengua materna. El primer sonido que oye un bebé desde el vientre materno le hace estructurar su lengua en función de lo que la madre le comunica cada vez que ella se expresa. A partir de ahí construirá su lenguaje y desarrollará cada una de las funciones que facilita la lengua.

Una vez más otro gobierno intenta modificar la Ley de Enseñanza utilizando esas lenguas como defensa de unos principios políticos que no tienen ningún sentido. Ni el castellano contra otras lenguas, ni esas lenguas contra el castellano, debería ser la barricada en la que parapetarse para no llegar a entenderse. El pueblo llano quiere comunicarse con su vecino, quiere que se le escuche, que se le entienda, que se le considere, hable en la lengua que hable.

Mis hijos estudiaron  Catalán y Vascuence (Euskera), también Inglés y Alemán, y el único que de verdad sienten es el de su madre, en su caso el Castellano (Español también). Y en mi caso particular el Inglés es mi lengua vehicular, con la que puedo trabajar en donde haya un resquicio laboral, mientras que el castellano es mi lengua materna y en la que creo que mejor me expreso. Pero parece que expresarte bien ya no es garantía de que se te entienda, porque hemos perdido la voluntad de comunicación, porque hemos renunciado a entendernos.

Acerca de Carlos

Expiloto de líneas Aéreas, aficionado a las artes: Pintura, Literatura, Música, Fotografía, con ganas de divulgar aquello que he vivido a lo largo de mi experiencia profesional y humana..

4 respuestas a “Del Román Paladino a las lenguas vehiculares”

  1. No es esa la opinión de Javier Giralt, profesor titular de filología catalana de la Universidad de Zaragoza. Giralt considera un contrasentido no explicitar a qué lengua pertenecen las variedades lingüísticas a las que se refiere el texto y que son «evidentemente, el aragonés en el norte de Aragón y el catalán en el este». También es crítico Giralt con esa nueva Academia Aragonesa de la Lengua, cuyos miembros serán elegidos por las Cortes y el Gobierno, y no en parte por la Universidad como en el modelo anterior. Según el profesor esta Academia, que tampoco define la lengua que habrá de regular, «podría verse en inmersa en un proceso de regular y normativizar decenas de lenguas con nuevas denominaciones surgidas de los ayuntamientos».

  2. Pobre de mí, un pequeño aragonés que se expresa en Español y que comprende todas esas lenguas, y que diferencia el Valenciano o el Mallorquín del Catalán no es una amenaza para sus pretensiones.
    En cualquier caso la lengua que sea, es un arma de doble filo cuando se utiliza para otra cosa que no es precisamente el entendimiento.
    Aragón incluyó el Catalán como lengua cooficial porque en una pequeña zona limítrofe se habla una mezcla de castellano antiguo y catalán, se le conoce como chapurriau. Nuestra Fabla aragonesa es un vestigio remoto de una forma de hablar que está en desuso y que intentan recuperar, cosa que culturalmente está muy bien, pero que no tiene en la práctica ninguna repercusión.
    En fin, que hablar por hablar, cada uno que diga lo que quiera en su propia y santa lengua, pero al menos que sea algo digno de escucharse.

  3. Apreciado Carlos, los Nazionalistas (fascistas y nazis como el que más y que demas los encabeza un tal Mas -que aunque pierda escaños se aferra a la silla del poder, aparte de seguir chupando y teniendo prebendas) te van a crucificar……. por? mira que decir que el valenciano y el mallorquin son lenguas…… I el Països Catalans???? (el Principat-no sé de donde-, el pais Valenciá, les illes balears i el Roselló) en el Països Catalans sols se parla Catalá (ho acaba de dir la molt honorable consellera d’educaçió (i propaganda, afexiría jo) de la Generalitat de Catalunya, so you are an extreme rightwing man, supporting the goverment attacks to the identity of the poor Catalonia y te van a crucificar como te lea un nazicatalanista….

    Saludos desde el antiguo Reino de Mallorca, de uno que proviene del Antiguo Reino de Valencia (ambos pertenecientes al Antiguo Reino de Aragón.. y nada de Corona Catalano-Aragonesa que se ha inventando al reescribir la Historia -cosa que les encanta al los nazionalistas catalanes).

    • Tranquilo Daniel. No les importan las opiniones ajenas, y menos la mía. Desde que me enseñaron a leer, provocaron que las ideas tuvieran un soporte físico para materializarse, en forma de palabras.
      Sólo que ser capaz de diferenciar el Valenciano y el Mallorquín (menorquín, ibicenco), del tronco del catalán es una realidad lingüística.
      De sobras saben que «integrando» territorios en una misma lengua se generan lazos de afinidad y se consigue «aunar voluntades»…
      Y yo para esos afanes nacionalistas sólo soy un aragonés que se expresa en Español, y por tanto lleno de prejuicios… jeje

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