El precio de la vivienda

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¿Cuánto vale un piso? y ¿cuánto cuesta un piso?. Parecería que ambas preguntas son la misma pero no es así.

La primera tendría que sonsiderar solamente el valor objetivo de la vivienda incluyendo el valor del suelo, valor de los materiales, construcción, gastos de tramitación y porcentaje de beneficios de quienes intervienen en su edificación. Una vez sumadas estas partidas obtendremos una cifra que representa el valor real del «bien inmueble».

Pero lo que cuesta en realidad es algo muy diferente. Primero el valor de mercado no se ajusta al coste real de dicho bien. Y segundo lo que a cada uno nos «cuesta» depende de nuestras propias circunstancias. Depende de nuestra capacidad de ahorro, del «modus vivendi» que tengamos, de nuestra ilusión por tener piso en propiedad, resumiendo: lo que nos cuesta se debería referir al «esfuerzo» que debemos realizar para conseguirlo.

En los últimos diez años el incremento del valor ha sido exponencial. Dependiendo de ciudades y de zonas la progresión ha alcanzado cifras «terroríficas». En el caso particular de Zaragoza esta rondando un 400% (el valor casi  se ha cuadruplicado). En esto sí que «somos europeos».

Pero ¿por qué ha habido esta subida tan «alocada»?.

El problema es muy complejo y voy a apuntar algunas de las causas que lo han propiciado.

   – Los políticos y «SU» Ley del suelo. Digo suya porque son los ayuntamientos los propietarios del mismo. Ellos lo recalifican, lo subastan, lo dosifican y lo aprovechan. Aquí hay que entrar en la financiación de los partidos políticos, no siempre suficiente , que incentiva a cometer actos, cuando no ilícitos, al menos especulativos para sanear las cuentas municipales. (Camuflan su inoperancia de gestión con ingresos extraordinarios). Con la venta de suelo ingresan además unas cantidades de dinero muy importantes con todos los impuestos que conllevan estas operaciones.

  – Los promotores y su mentalidad especuladora. A mayor demanda, más incremento.El mercado inmobiliario se mueve como cualquier otro, cuanto más escasez de producto mayor valor del mismo. Las grandes promotoras cuentan con un control total sobre el suelo edificable. Lo administran «sabiamente» para que la sensación siempre sea la de poca disponibilidad de terrenos.

  – Constructoras que cada vez venden más caros sus servicios. En esta vorágine valoran más caros los materiales  por el exceso de demanda, amplifican los gastos salariales hasta que parezca que el albañil o fontanero de turno sean los culpables del encarecimiento. O sea que tampoco se «chupan el dedo».

  -Los consumidores también somos culpables. Cada cual tiene sus motivaciones, pero parece que cuanto más suben los pisos más afán tenemos por comprar. En España siempre se ha tenido tendencia a ser propietario de tu vivienda y por esa mentalidad es por lo que se han aprovechado de todos nosotros. Algunos compradores se han convertido en especuladores de mayor o menor éxito, revendiendo deprisa y generando beneficios «atípicos» elevados. 

Hasta aquí la exposición y para dosificar un poco continuaré en otro artículo con este apasionante tema. 

     

2 respuestas a “El precio de la vivienda”

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