Estoico

Hoy en día se utiliza cotidianamente el término “estoicismo” para referirse a la actitud de tomarse las adversidades de la vida con fortaleza y aceptación.

Mi padre sí que sabe de esta escuela filosófica, desde que nació allá por 1926. Primer hijo de una larga familia, con tan sólo diez años de antigüedad, vió cómo los españoles se liaban a tiros entre sí para resolver lo que se podía haber hecho en paz. Así que sin Pijama de rayas, y con unas alpargatas viejas se echaba a la calle a buscar lo que les correspondía del «racionamiento» como algún cuartillo de leche y tal vez unas barras de pan «integral». No es que anduvieran con estreñimiento, sino que se aprovechaba todo para alimentar a base de fibra la cada vez más hambrienta población española.

Solía acudir al «tajo» de su padre, mi abuelo, a llevarle la comida recién hecha, ya que entonces en la fábrica de cementos no había comedor de empresa, ni «vending machines», ni cafetera expréss. Así que mientras Zaragoza era bombardeada desde el aire, él andaba por los campos para que su padre pudiera ganar algo con lo que sobrevivir a tanta penuria, llevándole un potaje con más agua que sustancia y seguramente con menos sabor que la amargura de corazón que todo el mundo sentía.

Más de una bomba estuvo a punto de llevárselo con los ángeles, así que pronto se acostumbró a la muerte de unos u otros, incluida la propia, como algo natural a su existencia. ¡Cosas de la guerra!.

Nunca ha hablado demasiado de esos tiempos, ni de otros, ya que su vida no era para nada un relato placentero y no quería «reverdecer» miserias y mucho menos imbuirlas en la mente de sus hijos. Así que ahora que ve de nuevo a la parca rondando muy cerca de él, sigue empeñado en demostrar que su filosofía es simple: Aquí estoy para lo que venga. Y sin decir nada nos mira como a sus pequeños con todo el amor de padre y sin hacernos sufrir en vano. ¡Bastante ha sufrido él y sin quejarse de nada!.

Eso es un hombre de su época, ése es mi QUERIDO PADRE.

Acerca de Carlos

Expiloto de líneas Aéreas, aficionado a las artes: Pintura, Literatura, Música, Fotografía, con ganas de divulgar aquello que he vivido a lo largo de mi experiencia profesional y humana..

6 respuestas a “Estoico”

  1. Tienes mucha razón Mª teresa. somos algo más (mucho más) flojos que nuestros padres y abuelos. En lo que igual no nos ganan es en el cariño que les tenemos. ¿Verdad?. De eso tú podrias escribir algún que otro doctorado. Besos.

  2. Su porte y su estar delante de su tarta de 28º cumple lo dicen todo, creo que los hombres y mujeres de generaciones pasadas, padres/madres, abuelos/abuelas, vivieron circunstancias muy duras que a nosotros no nos ha TOCADO vivir, ni nos imaginamos…Eso curte, los admiro a todos ellos y merecen y les debemos TODO NUESTRO RESPETO Y CARIÑO. Nunca el abandono en sus últimos años. Lo siento, pero veo a las generaciones actuales mas flojitas en todo….yo la 1ª.

  3. Todo eso que dices me suena, mi padre vivió algo parecido, aunque tiene tres años menos. A veces sería bueno de comentar cosas así, para valorar más lo que tenemos y cómo vivimos. Un saludo

  4. Judith, cada generación ha tenido que vivir lo suyo. Ni mejor ni peor. Pero la vida de los octogenarios actuales no fué nada fácil. Vivieron el horror de una guerra, pasaron calamidades y sin embargo nos han criado con cariño y gran sacrificio. Saben de verdad lo que importa y lo que no. Pero se perdieron la infancia y se hicieron duros a base de hostias, como cuando se curte una piel en el batán.

  5. Yo tambien tengo familiares con 80 y tantos, y la frase que siempre les oigo decir es : «vosotros los jóvenes no sabeis lo que teneis, ya os vendría bien pasar un poco de hambre»
    A lo que yo les respondo: «si abuelo/a, si» o me callo sin decir ni una palabra. Somos generaciones muy distintas y es muy difícil que nos comprendamos, aunque siempre podemos aprender.

    Un saludo

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