Fábrica de hélices

(ver el mini-álbum de fotos en Aerobat)

Ayer hice una pequeña incursión a saludar a unos «artistas» de la aviación en Aerobat. A su fundador le conocí hace unos 25 años y no lo había vuelto a ver. Pero desde un pequeño taller artesano, en el que a base de mucho trabajo y paciencia, conseguía tallar una hélice apta para mover un avión, hasta hoy, ha sufrido una notable transformación.

Ahora dispone de una estupenda maquinaria para facilitar el «fresado» y «pulido» de lo que,  siendo una simple tabla de haya importada de Normandía, acabe convertida en una hélice, y ésta propulsando a un avión. Pero tras el mecanizado comienza un proceso manual, una por una, hasta dejar «perfecta» esta pieza de acuerdo a su «molde» previsto, así que el lijado, pulido fino, etc. hasta el barnizado final, se requiere de una mano experta y muy meticulosa para llegar al resultado óptimo. Por tanto cada una de ellas es una pieza única que sólo se parece a otra en el aspecto externo.

La aviación ligera o deportiva en España está no sólo olvidada, sino que permanece casi desconocida incluso para los profesionales aeronaúticos. Afortunadamente todavía hay románticos de la aviación pura (y dura) que se dedican a abaratar costes y seguir volando de manera pasional y apasionada. Y ello lo hacen siempre que pueden en el propio campo de Villanueva del que ya os hablé.

De no ser por ellos, cualquier toma en la que la hélice sufre algún daño y haya que sustituirla completamente, no se podría afrontar el gasto que supone cualquier repuesto de un avión.

El proceso de fabricación de una hélice, una vez diseñada adecuadamente a las prestaciones que deberá cumplir, a la planta motriz a la que se acoplará, al número de revoluciones a las que habrá de girar, al rendimiento propulsor que proporcione, etc. hacen que cada hélice sea una auténtica pieza de orfebrería en la que el ángulo de ataque, el perfil, la torsión, el equilibrado, la pérdida en las puntas, la rugosidad, etc. sean por separado un complejo problema de diseño, mientras que el conjunto es motivo de infinitos cálculos aerodinámicos hasta encontrar el equilibrio perfecto entre tanta variable a considerar.

Así que sólo quiero destacar que cuando una hélice se astilla o se parte, su sustitución hay que estudiarla con todo lo que ello implica, y una vez decidido por el modelo y el fabricante, elegir la que  se adapte perfectamente a nuestras necesidades.

Quiero agradecer a los miembros de Aerobat las facilidades que me dieron para interrumpir su trabajo y las explicaciones de cómo consiguen hacer estas pequeñas maravillas  a base de dos cosas fundamentales: Mucho trabajo y sobre todo gran ilusión.

Acerca de Carlos

Expiloto de líneas Aéreas, aficionado a las artes: Pintura, Literatura, Música, Fotografía, con ganas de divulgar aquello que he vivido a lo largo de mi experiencia profesional y humana..

6 respuestas a “Fábrica de hélices”

  1. hola soy mario… donde podria comprar una helice de tres metros de diametro para simulador de paracaidas de tres paletas para 1500 rpm para una velocidad de 240 km h… por favor si podrias ayudar con esto…

    mario

  2. Damián, gracias pero no hago «periodismo», sino que informo. No sea cosa que me demanden por «intrusismo laboral». Informo de lo que vivo y conozco, o aprovecho determinadas lagunas informativas que no encuentran cabida entre los garzones, las correas y los matas, por no decir de los messis y ronaldos…
    Tú bien sabes lo que es ser redactor de un periódico, y hacer crítica. El resto es como cualquier trabajo, pura rutina.
    Lo bueno de un blog es que nadie te puede obligar a hablar en un tema, ni cómo hacerlo. Por eso monté el quintopoder.es jeje. Gracias MAESTRO 😉

  3. Preciosa información. Esto es auténtico periodismo de investigación, como el que se hacía cuando había periodicos. Bravo, Carlos. No dejas de asombrarme.

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