Haití o un infierno en el paraíso

(foto: Cité Soleil Port-au-Pince, autor: Jan Sochor)

Hablar hoy de Haití es sinónimo de desgracia, miseria y desesperación. En grado superlativo, y como intentaba explicar monseñor Munilla desde un punto de vista «teológico» incluso hay males mayores.

Pero los males que sufren hoy los haitianos pienso que dejan relegado el debate teológico para cuando consigan rescatar a todas las víctimas que se encuentran aún entre los escombros, y hayan sido atendidos todos los damnificados de la mejor manera posible.

Lo que realmente es necesario ahora es que les llegue urgentemente cualquier tipo de ayuda material y humana para intentar mitigar una parte de las infinitas necesidades básicas que tienen. Cada uno de los haitianos supervivientes estará rezando a sus deidades, tanto católicos, como protestantes o animistas, incluso los que practican todavía el vudú como creencia. Pero imagino que no paran de pedir la ayuda divina o de los espíritus.

Sin embargo la miseria en la que ha vivido este pequeño país de las Antillas se remonta mucho más allá de la fecha de este terremoto. Cuando Colón desembarcó por primera vez en «La Española» allá por el 5 de Diciembre de 1492, se encontró con una población indígena formada por taínos, arawak y caribes. Estableció en la isla el primer asentamiento europeo en el continente (nuevo mundo) construyendo el Fuerte de la Navidad con los restos de la Nao Santa María.

A partir de ahí es más que un continuo ir y venir de ocupadores, peleas y luchas por el dominio y sobre todo de la importación de esclavos africanos para ir sustituyendo a los aborígenes que poco a poco habían ido desapareciendo. Después del tratado de Ryswick, la parte occidental de la isla pasó a dominio francés y de ahí posteriormente se constituyó la independencia Haitiana en 1804.

Hay que destacar que fué el primer lugar del mundo donde los esclavizados consiguieron declararse libres de manera independiente, siendo pues el comienzo de la abolición de la esclavitud en el resto de países.

La pena es que llegó 1957, y se hizo con el poder dictatorial François Duvalier (Papa Doc) a quien le sucedió su hijo Jean Claude (Baby Doc). Ambos utilizaron el poder omnímodo a través de los tristemente famosos Tonton- Macoutes, a quienes  se les atribuye la muerte o desaparición de unas 150.000 personas… (las mismas cifras que ahora se barajan ya de muertos).

Lo cierto es que este país, el más pobre de toda América y del hemisferio Occidental, no ha tenido una historia demasiado agradable. Por si les faltaba algo que alimentara su necesidad de rezar, ahora la naturaleza ha hecho en un solo día el mismo trabajo que sus sucesivos gobernantes, y que han ido regando de muerte ese desgraciado país durante tantos siglos de miseria.

Es hora pues de que la comunidad internacional se haga responsable histórica de tanta desolación y muerte en un rincón del planeta, dejado de la mano del hombre, y les lleve la ayuda material que tan necesaria les había sido ya hasta el presente.

La ayuda espiritual del Obispo de San Sebastián que se la mande rezando muchas horas en una capillita personal. Los curas y monjas que están allí desde hace años intentando reconfortar a estos pobres desahuciados se lo agradecerán como le corresponde a un clérigo que, a mi modo de ver, no sabe ni por lo que reza, si es que lo hace alguna vez…

Acerca de Carlos

Expiloto de líneas Aéreas, aficionado a las artes: Pintura, Literatura, Música, Fotografía, con ganas de divulgar aquello que he vivido a lo largo de mi experiencia profesional y humana..

2 respuestas a “Haití o un infierno en el paraíso”

  1. Hola Carlos, soy Isidoro, de la posada de Villalangua y aprovechando que en estos momentos me encuentro en una situación de incapacidad laboral, estoy aprovechando para meterme un poquito en la red.
    He aprovechao para hacerme un curso en prevención de riesgos laborales y como lo he acabado me estoy dedicando a confeccionar un blog de la posada para lo que es esencialmente un blog,comentarios fotos etc.
    Y como sabía que en estos menesteres eres un auténtico «monstruo» quisiera pedirte consejo y ayuda y que me guies un poco en estas lides, bueno carlos que no te hago perder más tiempo, ya me dirás algo, un abrazo Isidoro Gil

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