Laudeamus Igitur…

 

Tarjetas de árbitro… Pronto sacarán la roja.

– Habemus Laudo!.

– O sea… ¿Qué?.

– ¡Pues nada!. Casi nada, porque va a ser lo normal.

El todavía ministro de Fomento, puso el país patas arriba, arremetió contra el sector aéreo desde el último foco de resistencia a la privatización de AENA, se cargó a base de Decretos toda una serie de derechos laborales y constitucionales de un grupo de «irreductibles» controladores aéreos, y todo para saldar (poner a precio de saldo) unas cuentas inyectadas de rojo, a base de la sangre de sus empleados.

Sinceramente no tengo nada que aportar ya a esta masacre «de facto». Ya están en marcha los mecanismos para que el Prat y Barajas dejen sus beneficios en manos ajenas. El resto de aeropuertos deficitarios, seguirán siendo motivo de «sesudos» estudios de viabilidad, lógicamente pagados a empresas privadas que dirán lo que les digan que es políticamente correto (la expresión verbal no se arregla por vía quirúrgica como la miopía). Se crearan comisiones de análisis, se darán subvenciones, se establecerán y crecerán nuevos organismos dedicados a incentivar el tráfico aéreo en ciudades donde el comercio, la industria y el entramado social NO NECESITAN un  aeropuerto para, como mucho, ir de vacaciones una semana al año.

Así que poco o nada se puede hacer ya para oponerse a este desfalco contable. Ahora otros «menos privilegiados» se manifiestan en las calles en contra de la privatización de AENA, dentro de nada cientos de puestos de trabajo quedarán a expensas de una rentabilidad imposible, así que de una forma muy sencillla se reducirán gastos de las cuentas de explotación, despidos a la vista. Y ahí nadie queda libre de que la cuchilla pase por su cuello. Tanto da que seas técnico, como operario, como controlador. Sobrará un X % de plantilla, salvo de controladores que están bajo mínimos de personal necesario y suficiente, y todos esos trabajos que nadie sabe ni que existen, que también son personal contratado por el Ente, acabarán engrosando las listas del INEM. Eso sí sin privilegios, pobrecitos, nadie les va a defender visto que a los «privilegiados» les han fumigado cualquier derecho, ¿qué no serán capaces de hacer con un modesto conductor, o electricista, incluso un ingeniero de sistemas…?. Pues eso, que en cuanto hagan cuentas y vean los rosarios que salen, les costará minuto y medio, más o menos, poner en la calle a un montón de personas que se ganaban la vida honestamente, y que confiaban en que tenían un puesto de trabajo magnífico, dependiente de la Administración y por tanto de por vida. ¡Lo siento por ellos!, acaban de cambiar la baraja y las reglas del juego, así que ahora tendrán que pedir la SOLIDARIDAD que han negado ellos mismos a sus compañeros, y portarán banderas sindicales, y pitarán y cortarán las calles, pero al final la calle va a ser su sitio de trabajo.

Si a alguien le interesa leerse las 183 páginas de que consta el documento del laudo, que se pase por aquí. En todo caso no hubiera hecho falta tanta mentira para llegar a un parche con el que cerrar la boca de una sociedad que se niega a hablar, porque lo de pensar es pedir demasiado.

Acerca de Carlos

Expiloto de líneas Aéreas, aficionado a las artes: Pintura, Literatura, Música, Fotografía, con ganas de divulgar aquello que he vivido a lo largo de mi experiencia profesional y humana..

7 respuestas a “Laudeamus Igitur…”

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