Mote 1: El Plastilino

(autor foto)

Cuando conocí a J.A. era un joven piloto, con muchas ganas de aprender y con una inquietud constante por saber todo lo que tenía por delante, que no era poco, y sus constantes preguntas hacían que sus instructores acabaran cansados de sus insistentes cuestiones o incluso su forma de «llevar la contraria» cuando estaba convencido de algo, aunque fuera un error .

A mí me tocó volar con él durante esa fase inicial de «aprendiz», y me sometió al mismo tercer grado del que ya me habían hablado. En resumen cuando me pasaron el informe de «aptitud» profesional me advirtieron fundamentalmente que era muy pesado.

No puedo decir que no lo fuera, ni mucho menos, pero enseguida me dí cuenta de su gran potencial humano y profesional y me entregué a la tarea con gran «paciencia». Pero a mí hubo momentos en los que también me podía y acababa mandándole a limpiar el fuselaje o desinflar las ruedas para mantenerlo entretenido durante un rato en el que poder «librarme» de su pertinaz interrogatorio. Hacer con él el trabajo durante una jornada de convivencia de catorce horas realmente no resultaba tarea fácil. Pero poco a poco le fuí tomando cariño, más de lo que él ni siquiera se imaginaba por entonces. Sin embargo había veces que le tenía que pedir que por favor se callara durante un vuelo para poder pensar en mis cosas y relajarme un rato. Muchas otras veces no se lo pedía por favor y, cuando ya nos teníamos mucha simpatía y complicidad, le decía que se callara con cualquier exabrupto que se me ocurría. ¡Eramos felices a nuestra manera!.

Acabó siendo un buen piloto, y tuvimos ocasión de volar muchísimas horas de vuelo juntos, compartiendo nuestras miserias y nuestras ilusiones, siempre «de buen rollo» y con mucho cariño mutuo. Pero el pobre se quedó con lo de PLASTILINO, porque lo de PLASTA se me hacía muy duro y se aplicaba a mucha gente, Abreviado en PLAS quedaba muy de orden de entrenamiento de perros así que finalmente empecé a llamarle Plastilino. Bastó con decirlo un par de veces a otras personas y al cabo de una semana todo el mundo le conocía por el mote. ¡¡Lo sentí mucho!!, pero ya no pude hacer nada por evitarlo.

El siempre supo que yo se lo decía con cariño, otros no tanto, pero ahí quedó el mote. Hasta que abandoné la compañía se le seguía llamando así pero ahora no sé qué será de él ni de los demás. Sin embargo, si algún día viniera a dar por aquí de casualidad me gustaría que supiera esto que he contado, que le quería y le apreciaba como persona, que fué un gran compañero y amigo y que muchísimas veces he deseado que el resto de compañeros de profesión hubieran sido tan leales y sinceros como él lo fué conmigo.

PLASTILINO, por favor, perdóname y si me lees alguna vez me encantaría que me dieses un abrazo virtual, al menos eso dejaría claro que no me guardas rencor por mi humorada. Te añoro…

Acerca de Carlos

Expiloto de líneas Aéreas, aficionado a las artes: Pintura, Literatura, Música, Fotografía, con ganas de divulgar aquello que he vivido a lo largo de mi experiencia profesional y humana..

6 respuestas a “Mote 1: El Plastilino”

  1. Hombre plasti, ¡qué alegría haber llegado hasta tí!. Ahora que tengo tu correo «pillado» me pondré en contacto contigo y te contaré algo más personal. Un fuerte abrazo y siempre sigues igual de exagerado. A ver si te tengo que cambiar el mote y te pongo… ¡otro!.

  2. Gracias Carlos por tu paciencia, por tu tiempo,por tu dedicación, por tu cariño, por tantos momentos de amistad sincera. Espero seguir dándote la plasta todo el tiempo que me aguantes. Hasta entonces, durante tu ausencia, seguiré mirando a mi izquierda en busca del mejor piloto que he conocido.
    Un abrazo Comandante Sancho!
    Un abrazo amigo!

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