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Se crea o no en los test psicotécnicos, en los test de personalidad, en las medidas mediante baremos de capacidades psicológicas, casi todo el mundo habla «de oídas» de lo que se conoce como C.I. (Cociente Intelectual).

El cociente intelectual  da una idea de las diversas capacidades intelectuales de una persona, mediante diversas pruebas entre las que se evalúan aspectos como la memoria, el cálculo mental, la visión espacial, la lógica, las asociaciones de ideas, el uso y conocimiento del vocabulario y en definitiva la predisposición natural para enfrentarse a distintos problemas mediante razonamientos y extraer una conclusión basada en datos, análisis y sentimientos.

Ayer me encontré con un buen amigo, controlador aéreo. Un hombre sensato, amable, generoso, y con un elevado C.I. que le hace ser un auténtico «privilegiado», porque se aparta muy por arriba de la media que se considera normal en cuanto a este cociente. Digamos que es sencillamente un hombre inteligente. Resumió su situación laboral más o menos así: Carlos, no te preocupes, ya has informado bastante, lo has contado muy claro, pero hay un problema, «la gente no quiere entender».

Y tiene toda la razón del mundo, porque modestamente creo que he dado más datos, más enlaces, más información veraz de la que ofrecen los medios oficiales, y más opiniones personales que quienes deberían haber hecho un análisis frío, objetivo y con más medios que un blog como este.

Aunque alguno de vosotros que pasais por aquí frecuentemente hayais sacado algo en limpio de todo este asunto del atentado contra los derechos laborales de un grupo, hayais coincidido conmigo en que esto es sólo el principio de un cambio en profundidad de nuestra sociedad ¿civil? española, que a todos nos va a afectar antes que después, una forma de gobernar que ha hecho de su «capa más de un sayo», y arriesgándome una vez más a que al que no quiera entenderlo le importará muy poco cualquier cosa que pueda añadir, seguiré dando de mí todo lo que pueda, porque creo que merece la pena intentar un pequeño esfuerzo de reflexión.

Os dejo con un chiste que me llegó por correo. Es un chiste, sé que mucha gente con alto C.I. mantiene vigentes unos ideales de izquierda loabilísimos, que votan en conciencia lo que ellos consideran mejor para ellos y para el resto de ciudadanos, que no se dejan manipular y que a pesar de todo han sido también engañados por los que deberían representar esos ideales a los que se aferran con total honestidad. Os ruego, amigos, que no penseis que soy el robot del chiste.

Un hombre entra en un restaurante de moda y sale a recibirle un robot, perfectamente uniformado de maitre que le dice:

–  Lo siento señor, pero todas las mesas están ocupadas y tendrá que esperar alrededor de media hora. Estoy perfectamente programado y, si usted lo desea, mientras la casa le invita a una bebida en la barra podemos conversar un poco para que la espera le resulte un poco más agradable.

– ¡De acuerdo!, dice el cliente sorprendido.

– ¿Le importaría decirme cual es su Cociente Intelectual? pregunta el robot-maitre.

– Es de 160 le responde el cliente.

Durante los treinta minutos siguientes el robot habló con soltura y amenidad sobre los últimos acontecimientos culturales, la economía mundial, analizando sus previsibles tendencias, y acabó hablando de los más recientes avances científicos y tecnológicos.

El clienté quedo totalmente impresionado, así que al cabo de unos días decidió volver al restaurante. Pero para ver cómo reaccionaba el robot, en esta ocasión le dice que su C.I. es de 85. El robot estuvo los treinta minutos de espera hablando del desarrollo de la liga de fútbol, los triunfos internacionales del deporte español y también de los últimos programas del corazón de la televisión.

Lleno de curiosidad el cliente vuelve una tercera vez a los pocos días, y ahora a la pregunta del robot contesta que tiene un C.I. menor de 35… El robot comienza a hablarle despacito y le dice:

– «Así que volveremos a votar a Zapatero, ¿no?».

Acerca de Carlos

Expiloto de líneas Aéreas, aficionado a las artes: Pintura, Literatura, Música, Fotografía, con ganas de divulgar aquello que he vivido a lo largo de mi experiencia profesional y humana..

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