Picaresca española

Si algo tiene la literatura es que cubre todos los aspectos humanos, creando con la ficción una realidad «paralela». Pero muchas veces hemos oído decir que la realidad supera a la ficción.

Entre la picaresca española, de la que nos enorgullecemos todos y que coincidió con el Siglo de Oro de nuestras letras, hay verdaderas joyas en las que «recrearse» y aprender que no todo sale según lo previsto, y que muchas veces el burlador resulta burlado, como  Don Juan Tenorio que surge de El Burlador de Sevilla y convidado de Piedra.

Del siglo de oro a la crisis económica, media un gran abismo sociocultural, aunque hayamos vuelto por nuestros fueros a sacar partido de la necesidad, convirtiendola en virtud. No hay más que observar un poco lo que nos rodea para darnos cuenta que seguimos siendo una panda de desheredados luchando por la supervivencia más elemental, aunque sea a base de engaños.

Leo una noticia de investigadores privados, en la que se da cuenta de cómo muchas parejas se acaban divorciando para «salvar los muebles» cuando las cosas no marchan bien económicamente. Separan las propiedades embargables, pactan pensiones desgravables, y siguen cohabitando «tan panchos» riéndose de los acreedores.

No es algo nuevo, porque allá por el año 90 supe de dos casos similares y verídicos, en el que estas parejas obtuviron una serie de ventajas fiscales magníficas. El marido ganaba un elevado sueldo, la mujer se dedicaba a lo que aún se conocía por «sus labores» y una vez divorciados el inmueble pasó a ser propiedad de la señora, la pensión de manutención era generosa pero no alcanzaba para tener que pagar impuestos; él descontaba de los ingresos dicha cantidad, por lo que su declaración salía también favorable… ¡Miel sobre hojuelas!. Pero el cuento no acabó comiendo perdices.

Al cabo de no mucho tiempo la buena señora se percató de que tenía garantizada la subsistencia, la educación de sus hijos, la casa, el coche, la cuenta corriente, etc. así que debió preguntarse algo muy sencillo: ¿Y yo qué hago aquí aguantando a este plasta?. ¡NO LO NECESITO PARA NADA!.

Así que el divorcio acabó sonsumándose «de facto» y el «listo» se quedó con lo puesto. Y ahora vaya usted a decir que era de broma…

Acerca de Carlos

Expiloto de líneas Aéreas, aficionado a las artes: Pintura, Literatura, Música, Fotografía, con ganas de divulgar aquello que he vivido a lo largo de mi experiencia profesional y humana..

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