Relato de un controlador

(ver autor)

Había pensado copiar y pegar un artículo magnífico de un controlador, antiguo azafato, en el que relata una experiencia vivida dentro de una cabina de avión. Pero, dada su extensión, prefiero que lo enlaceis directamente desde su propio blog.

De siempre he considerado a los controladores unos seres amigos, grandes colaboradores y sufridores de unas estructuras difíciles de entender lejos del «mundillo» aeronaútico. Turnos infames, tensión, soledad, stréss, ayuda y muchas más cualidades que quedan diluidas por la rapidez de la operación aérea. ¿Qué sería de los aviones sin su ayuda?. ¿Cómo podríamos entrar a un aeropuerto en el que el tráfico es de tres o cuatro movimientos por minuto?. ¿De qué manera nos desviaríamos de nuestra ruta, por necesidad, NUNCA POR CAPRICHO, si ellos no supervisaran todo el tráfico de la zona?. En definitiva ¿quién no entiende la labor que hacen de manera callada?.

Desde luego que los pilotos la entendemos, la compartimos y la agradecemos. Siempre hay algún «capullo» que se cree que están para jorobar. Pero son apenas unos pocos «pardillos» que se creen el ombligo de la aviación. El resto somos y seremos siempre deudores de su labor encomiable y eficaz.

Por todo ello y como homenaje a las azafatas y controladores del mundo quiero que leais este artículo que os dejo enlazado. Ahí se explica muy bien cómo es un día «rarito» dentro de una cabina, desde el punto de vista de un azafato esperando a ser controlador…

Acerca de Carlos

Expiloto de líneas Aéreas, aficionado a las artes: Pintura, Literatura, Música, Fotografía, con ganas de divulgar aquello que he vivido a lo largo de mi experiencia profesional y humana..

2 respuestas a “Relato de un controlador”

  1. Jubi, lo es y sobre todo en zonas de control de aproximación. Por ello se les releva del puesto cada poco tiempo y descansan otro tanto. Y sin embargo todavía hay gente que piensa que son puestos cómodos para trabajar. ¡Bravo por los controladores!.

  2. Ese avión que suba 1000 metros, aquel de allí el de los colorines, que no se lo piense mas y aterrize, el blanco que se vaya a otro sitio a aparcar que todas las plazas están ocupadas… y esperar un cuarto de hora que me voy a almorzar.

    La labor del controlador tiene que ser muy estresante.

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