Tráfico de órganos

 

 

Circulan por ahí muchas «leyendas urbanas» sobre el comercio de órganos para transplantes, de secuestros expréss para extirpar un órgano -o varios- de la víctima y luego venderlo a un comprador anónimo al que darle ocasión de vivir a expensas de un crimen organizado por diferentes redes mafiosas.

La última que me ha llegado, con la «garantía» de haberlo vivido una persona próxima a quien lo cuenta, y por tanto llena de «fundamento» y contrastable. Sinceramente ni la creo ni la dejo de creer, porque hay en el aire demasiados puntos que no acaban de encajar, pero en cualquier caso es una realidad que sí existe y por tanto podría haber ocurrido aunque no tal como me la cuentan…

«Tres chicas jóvenes acuden a un comercio de artículos baratos, de los que conocemos como «tienda de los chinos». Una de ellas entra a comprar mientras las otras dos esperan en la calle. La chica tarda en salir demasiado y sin ninguna razón aparente que justifique tanta tardanza. Entran las amigas a por ella y no hay nadie en el comercio, salvo el/la persona que atiende en él. Preguntan por su amiga y nadie ha visto a una chica tal como la describen y por supuesto que no está entre los estantes…

Salen del local y llaman a emergencias, y la policía les sugiere entrar de nuevo y permanecer en el local para evitar el cierre del mismo y poder entrar a investigar una «presunta» desaparición sin necesidad de una orden judicial que sería necesaria en el caso de no estar abierto al público.

Según me cuentan aparece finalmente en una cámara frigorífica, con la cabeza rapada y completamente desnuda esperando la entrega de la mercancía a quien hubiera de realizar el «reparto». Ahora la joven permanece en casa en tratamiento psiquiátrico y por ahora la historia ha tenido un final «relativamente» feliz.

Ahora se añade que estos hechos vienen siendo ocultados a la opinión pública para mantener abiertas las relaciones diplomáticas con el país asiático, y por unos «presuntos» acuerdos de silencio entre estados que comercian con productos de uno y otro…

No creo que esa «omertá», esa ley del silencio propia de la mafia siciliana, se haga a este nivel de Estado, porque el crimen organizado está siempre en el punto de mira de nuestras fuerzas de seguridad. Tampoco me creo que los medios de comunicación dejaran escapar la oportunidad de airear estos hechos que sin duda generarían una gran tirada en personas ávidas de morbo y que además no suelen tener muchas simpatías hacia una comunidad oriental que les inspira demasiados recelos. (este artículo de El País es un ejemplo).

El tráfico de órganos existe, y desgraciadamente cada vez más extendido en todo el mundo. Los países están en continua lucha por evitarlo, y no hay que sacar las cosas de contexto. Tal vez la prudencia, el no acudir a supuestas ofertas de dinero fácil, de proyectos que ofrecen mucho por nada, y sobre todo desconfiar de aquellos que de verdad ofrecen una oportunidad única de mejora sin tener nada especial que ofrecer a cambio es el indicio de que algo no es legal, ni mucho menos seguro.

Por ahora en España tenemos la mejor red de transplantes del mundo gracias  a la generosidad de todos los donantes voluntarios. Si seguimos por este camino es más que probable que se acabe en gran medida con esas mafias que se benefician del afán de unos por seguir viviendo sin importarles quien tenga que morir para ello…

 

Acerca de Carlos

Expiloto de líneas Aéreas, aficionado a las artes: Pintura, Literatura, Música, Fotografía, con ganas de divulgar aquello que he vivido a lo largo de mi experiencia profesional y humana..

Una respuesta a “Tráfico de órganos”

  1. ¿Pero esta barbaridad ha pasado en España? Hace un par de años vi en TV cómo secuestraban a mujeres jóvenes en la calle, a plena la luz del día, metiéndolas en un coche, en Armenia. Las obligaban a casarse, y si no aceptaban eran ejecutadas y abandonados sus cuerpos en la cuneta de una carretera. A mi me impactó mucho porque incluso entrevistaban a alguno de los secuestradores y lo contaban como si hubieran ido a comprar fruta al super. Por supuesto tenían completa impunidad e incluso cierto reconocimiento social en su círculo próximo. ¿Cómo puede alguien construir un proyecto de vida a su alrededor con ese sufrimiento?

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