Acerca de Carlos

Expiloto de líneas Aéreas, aficionado a las artes: Pintura, Literatura, Música, Fotografía, con ganas de divulgar aquello que he vivido a lo largo de mi experiencia profesional y humana..

2 respuestas a “Un corto sobre los funcionarios”

  1. Jubi, es lo que tiene venir de buena familia, que todo son complicaciones. Claro que si consiguen aburrirte del papeleo ya sabes quien hereda al final… ¡Dita sea! 🙁

  2. Estoy con problemas «burrocráticos» no me han tratado como en el vídeo, pero casi, el primer día en una citación como responsable de una herencia que me va a tocar pagar bastante dinero (somos cuatro personas), me dicen que tengo que venir con mi abogado, y traer a dos testigos (en la citación no decía nada de eso), me voy cabizbajo a la asesoría, consigo los dos testigos, que tienen que declarar delante de la funcionaria…
    De nuevo en los juzgados me dice que tengo que ir a la DPZ para que se publique en el boletín oficial de la provincia de Zaragoza, allí tengo que pagar 36,81 euros para su publicación y que vaya buscando en los boletines para imprimirlo y llevárselo al juzgado. Todos los días buscando en la DPZ hasta que consigo ver la publicación, y de nuevo al juzgado de la plaza del Pilar.
    Don Rafael López-Melús Marzo, secretario del Juzgado de Primera Instancia
    número 13 de Zaragoza;
    Hace saber: Que en el expediente de declaración de herederos abintestato
    seguido en este Juzgado al número 1.436/2010-A por el fallecimiento sin testar
    de XXXXXXXXXXX, nacida en Bailo (Huesca) el día 7 de enero de 1913,
    hija de Juan Pablo y de Salvadora (fallecidos), y fallecida en Zaragoza el día 5
    de noviembre de 1988, en estado de soltera y sin descendencia, expediente promovido por Emilio Gil de la Hoz, sobrino de la causante (hijo del hermano posmuerto de la causante xxxxxxxx…

    La funcionaria me dice que no se lee bien que tendré que imprimirle el expediente con letra más grande y que vuelva otro día.
    Como ya lo había previsto lo llevaba impreso con letras para que lo leyera un casi ciego, se lo entrego y me dice que de momento todo está correcto.
    Claro que a todo esto antes de entrar en los juzgados, casi me tengo que desnudar… móvil, monedas, gafas, llaves, mechero, todo en la bandejita, pero al pasar por el «arco de triunfo» pi, pi, pi pi…
    Oiga quítese el cinturón…
    ¿Continuará?

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