No hace demasiados años que se podía escuchar en nuestro pueblos e incluso todavía en las ciudades esta expresión: «AGUA VA». El motivo con el que se decía era avisar a los que pasaban bajo las ventanas de cualquier casa de que se iba a proceder a arrojar por las mismas el contenido de los recipientes y vasijas donde se habían ido depositando las micciones nocturnas.
Como no había aseos, ni siquiera muchas veces, un sistema de conducción de aguas fecales, el contenido de los orinales o palanganas se arrojaba directamente a la calle. Era así de verdad. Supongo que muchos jovencitos ni siquiera habían imaginado tanta guarrería en unos tiempos no muy remotos, pero deberían de saber lo afortunados que nos podemos sentir de no haber tenido que vivirlo.
Cuando yo era niño conocí un tipo de báter menos sofisticado que los de ahora. Se trataba sencillamente de un tablero con un agujero central donde poder sentarte y evacuabas sin necesidad de salir al campo. El susodicho agujero iba directamente a parar sobre el corral, que era una parte más de las viviendas rurales, y los nutrientes orgánicos favorecían el desarrollo de las aves de corral que inmediatamente acudían al reclamo de los manjares que se les ofrecían. Los cochinillos también crecían lustrosos aprovechando al máximo todo el desperdicio orgánico humano y los jamones adquirían un tamaño más que considerable incluso en épocas donde el pienso ni se conocía ni se hubiera podido pagar.
Entonces se reciclaba todo, incluida la caca. Las mondas o peladuras de la fruta y hortalizas iban a parar al mismo vertedero del corral y nadie le hacía ascos a un huevo frito proveniente de aquellas gallinas que rezumaban grasa una vez troceadas para caldo. ¡Qué tiempos!.
Me he ido un poco de tema porque el agua que nos advierten de que va, no es otra que la de la riada que se está aproximando al cauce medio del río Ebro. Hoy ya está por Navarra y a partir de la noche llegará seguramente a Zaragoza, para visitar la Expo antes de que se inaugure. Como ya dije hace unos días el agua ya está siendo la protagonista.
Y como los aragoneses somos tan abiertos habrá que recibirla con todos los honores, ya que no hay forma de pararla. Bienvenida sea y por favor que no le amargue la vida a los pobres agricultores de las Riberas, ellos no tienen la culpa de que las autoridades no regulen los cauces de nuestros ríos. El Plan Hidrológico Nacional es algo que todavía está pendiente de discusión durante unos cuantos siglos más. Mientras tanto manteneos lejos de las orillas por lo que pueda pasar…
la verdad que es todo un espectaculo ver el Ebro asi tan llenito…
y da gusto leerte como siempre…
besos..
¡Y tanto! Jl. basta con que lluevan unos cuantos hectómetros cúbicos por m2 para que se acaben: la sequía, los no trasvases, las tuberías y el sumsum corda. Igual es que han estado rezando y haciendo rogativas a todos los santos los políticos democráticamente electos en Aragón y se han pasado de la raya por falta de experiencia en las oraciones !!!. O lo que sea, total que llueva que llueva, la virgen de la cueva…
qué bueno
agua va!!!
y no seas rata que el agua va barata!!
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