¡Qué bien suena en francés la voz del «croupier» cerrando la jugada de la ruleta!. Los casinos manejan un amplio repertorio de palabras «bárbaras» referidas al juego. Chemin de fer, black-jack, poker, jocker, baccarat en banque,etc.
Tendremos que ir aprendiendo a identificar el significado del argot propio de los aficionados al juego, ya que al parecer está practicamente decidido instalar un mega centro lúdico, «híbrido» entre parques temáticos y casinos , en los Monegros. Con ello se ampliaría la oferta de actividades ya consolidadas en la zona: Baja Aragón (ahora Baja España), El Monegros Dessert Festival o los paseos en camello.
Una vez más se abre a la opinión pública un debate donde cada cual es libre de manifestar sus opiniones al respecto. Como somos muy dados a hablar a «vuelapluma», sin haber meditado, sin habernos informado, y sobre todo sin ninguna intención de modificar nuestros juicios previos, vamos a escuchar más de una ¿opinión? más que peregrina, tanto a favor como en contra.
Aun recuerdo las «leyendas urbanas» que circularon cuando se estaba montando la factoría de GM en Figueruelas. Hubo quien afirmó que lo que se estaba montando era una fábrica de armamento militar «secreto». Se oyó despotricar contra las «multinacionales», cuyo único afán es «explotar» los recursos de una zona sin crear riqueza propia a los «dueños» del territorio. Y muchas otras más que sólo han podido «refutarse» tras 25 años de funcionamiento y cuando la economía europea (y sobre todo la española) ha cambiado tanto que la «deslocalización» de empresas hace que peligren muchísimos puestos de trabajo, demuestran que GM ha sido y es el mayor motor industrial de Aragón y que, pese a los inconvenientes que haya habido, ha sido vital para la economía de Zaragoza y de la zona de influencia de la factoría.
Los ciclos económicos son así de «veleidosos». Te aprietan el bolsillo cuando menos te apetece.
Conocí los Monegros en mi época de paracaidista deportivo y saltábamos en un pequeño aeródromo de tierra ubicado en Castejón de Monegros. La vista desde el aire era bastante desoladora. Eriales salpicados de campos de cereal (de secano), con una producción escasa. El canal de Monegros IV estaba todavía en construcción y fué un intento de hacer regable una zona esteparia donde la población envejecía a un ritmo mayor que en otras zonas. La supervivencia de los monegrinos sólo se entiende debido al tesón y el esfuerzo propios de la buena gente que depende de la lluvia para que crezcan sus plantaciones.
Ahora surge la posibilidad de generar otro tipo de riqueza en una zona yerma y dar un nuevo ritmo económico a Aragón. Evidentemente habrá que «evaluar» con muchísimo cuidado las implicaciones que tiene un proyecto de esta índole. Aunque presenta un aspecto de zona muerta, la biodiversidad propia del territorio es amplia, hay especies autóctonas desconocidas hasta hace muy poco tiempo, plantas específicas de estepas auténticos fósiles vivientes del final del Terciario (Mioceno). Hay que preservar las zonas regadas (o regables) que son el sustento de los habitantes locales. Respetar los pastos para ganadería que, aunque escasos, permiten abastecer una cabaña de ovino importante.
Habrá también que definir con exactitud los recursos necesarios para el abastecimiento de servicios imprescindibles en una ciudad que surgirá de la nada: Agua potable, aguas residuales, energía eléctrica, etc. Accesos viales, carreteras, enlaces con autopistas, etc.
Espero y deseo que el estudio de impacto ambiental se lleve a cabo con rigor y muy exhaustivo, ya que ello impedirá cometer errores irreparables. Ahora queda mucho trabajo por hacer y estamos ante un gran reto económico y ecológico. Lo tenemos todo a favor para poder hacerlo bien. Podemos planificar una ciudad moderna en «zona virgen», donde seamos capaces de integrar el desarrollo y la modernidad, con el respeto absoluto al entorno, preservando lo que merece la pena y aplicando las más novedosas técnicas medioambientales. Pero también podemos quedar «embriagados» por los cantos de sirena y hacer la «chapuza» del siglo para atraer inversiones que sólo generen ingresos y puestos de trabajo. Todo depende de cómo hagamos las cosas nosotros y «nuestros» representantes legales (los políticos). Así que ¡a trabajar señores!.
El ejemplo de las Vegas es más que suficiente para «aprender» de los aciertos y errores que ahí se hayan podido cometer. Las circunstancias son similares en cuanto que está ubicada en una zona desértica de Nevada. Y los números cantan a favor del gran negocio que representa dicha ciudad.
Estoy totalmente a favor de lo que puede representar para todos nosotros la instalación y explotación de una iniciativa de estas dimensiones, en un territorio ¿desierto?. Pero hagámoslo bien y demos la bienvenida al futuro negocio con la cabeza fría y atando bien todos los cabos y entonces podremos decir aquello de Joaquín Prat: «A JUGAAAAARRR!.
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