Aragón hace mucho tiempo que admitió el estereotipo de «cateto» cuando se intenta dar una idea de gente iletrada, zafia o vulgar. Es algo a lo que ayudó mucho el cine español de los sesenta-setenta, con un extraordinario Paco Martinez Soria, que hizo del cateto una figura, entrañable y a la vez grotesca, de gente sencilla cuyo habitat natural era la España rural, los pueblos que se desertificaban y una manera de vivir que quedó en exclusiva para gente mayor. La juventud se fué de peonera a la ciudad, y el mismo Don Paco ya dijo que «la ciudad no es para mí».
El ¿mande? con el que titulo este artículo, es la manera coloquial en Aragón de hacer que te repitan aquello que no has escuchado o entendido de tu interlocutor. Es una forma respetuosa (culta) de pedir por favor que te lo vuelvan a decir. La manera auténticamente cateta sería un simple ¿qué?.
Hoy veo en los periódicos a gente mucho más cateta que el del estereotipado «maño» del: «chufla, chufla…¡Como no te apartes tú!». Pero no están encima de un burro sobre unas vías de tren, sino cómodamente sentados en el Senado de España. Y todos de una manera moderna y tecnificada diciendo en definitiva: ¿MANDEEEEEEEE?.
Y es que han llegado, a fuerza de compromiso, a no entenderse unos con otros. Riqueza cultural sin duda, como argumentan los que están a favor del uso simultáneo de todas las lenguas cooficiales de nuestro país. No digo yo que efectivamente no sea una gran riqueza disponer de tantas lenguas en un pequeño país perdido entre Africa y el resto de Europa. ¡Somos ricos!.
Aún es más me siento muy contento de que se promueva y facilite el conocimiento de cualquiera de ellas y que se enriquezcan a diario con nuevas obras literarias, con la facilidad de aprenderla y practicarla como un medio más de entendimiento entre las gentes sencillas de cualquier rincón de España. Pero con lo que no estoy en absoluto de acuerdo es con que en una Cámara (El Senado), de representación del pueblo español, en la que los senadores representan cada uno a distintas comunidades autónomas, se empeñen en no entenderse en una lengua común a todos. Si el castellano (español) es cooficial en todo el Estado, si sus señorías conocen como es su obligación la lengua de su país, y además tienen la suerte de conocer su lengua propia, no entiendo este proceder de incomunicación vernácula.
Estamos idiotizados por la corrupción corrección política, por imponer al todo una parte, por dividir en lugar de sumar, y por obligar a los demás a pasar por el aro de lo que unos políticos han decidido que se convierta en normal. Pues para mí que no lo es…
Y claro, con una lengua que sólo hablan unos 450 millones de personas en todo el mundo, es muy difícil entenderse en un Senado. Así que la imagen del pinganillo en los pabellones auriculares de nuestros sen-ardores sólo demuestra que no sabemos de lo que hablamos, de lo que nos hablan, y tienen que estar continuamente diciendo ¿mandeee…?. Esos sí que se han vuelto catetos de repente y ya NO ENTIENDEN NADA. En poco tiempo los veremos como lo que son, diciendo ¿QUEEEEEEE?…
Vito,
Quiero fer una prosa en román paladino,
En cual suele el pueblo fablar con su vezino,
Ca no so tan letrado por fer otro latino:
Bien valdrá, como creo, un vaso de bon vino.
(Gonzalo de Berceo) 😉
Babel fue un castigo, no un premio. Dilapidan nuestro dinero con la excusa de la «riqueza cultural» cuando para lo único que utilizan esa «riqueza» es para crear barreras que distancian a culturas y a ciudadanos convergentes, desencantados de tanta ignorancia.