Picadilly Circus

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Al llegar al aeropuerto de Zaragoza mi hermano coincidió con unas vecinas de Garrapinillos quienes le informaron de los posibles enlaces desde el aeropuerto de Stansted hacia la ciudad.

Nosotros ya habíamos recabado suficiente información al respecto y teníamos muy claro hacerlo en tren. La razón era porque, aunque resulta un poco más caro que el autobús, el tiempo del viaje está garantizado en unos 45 min., mientras que en bus como mínimo es de 1:30 h., siempre que no pilles atascos.

Llegamos al hotel en menos de dos horas después del aterrizaje, así que tuvimos tiempo de deshacer el equipaje, una duchita y comenzar nuestro periplo londinense. Como todo buen turista lo primero que hicimos fué ir paseando hacia el centro. Pasamos por el British Museum, el Soho y llegamos a Picadilly. Mientras nuestras chicas «asaltaban» las primeras tiendas mi hermano y yo permanecimos observando el entorno multirracial de la ciudad.

El espectáculo humano es casi infinito, puedes ver gente de todo el planeta concentrada en un pequeño rincón del mundo: chinos, hindúes, negros, hispanos, tostados, etc. Y por supuesto Garrapinillenses. Habían pasado ya más de cuatro horas desde que habíamos aterrizado y las dos buenas señoras aparecieron en aquel remoto lugar con sus maletas en ristre y muy cerca ya de su casa. Iban a visitar a una hija que vive allí al lado.  A pesar de que otras veces habían cogido el tren, ésta vez habían optado por el bus por variar un poco y por seguir las recomendaciones de otro hijo al que le había parecido muy bien el enlace. Pero en cualquier caso vale más hacer «los experimentos con gaseosa».  

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