Tanto hablar de la Expo, de pabellones y de casas de playa y apenas hablamos nada del agua, la cual es el «Leit Motiv» de la Exposición Internacional de Zaragoza.
Hoy voy a hacerlo yo con las imágenes de la tormenta que tuvimos ocasión de «disfrutar» el pasado fin de semana en Salou.
El agua como fuente de vida que es, y a veces de destrucción, aparece a su antojo cuando le viene en gana. Ya tuvimos la avenida (ni siquiera llegó a gran riada) poco antes de inaugurar la Expo, que invadió parte del recinto y que obligó a postergar el espectáculo de la inauguración en el Iceberg. Pero nada comparable a las grandes tragedias de infausto recuerdo como estas:
– La del Camping de Biescas que se llevó por delante la vida de 87 personas en Agosto de 1996.
– El Tsunami de Indonesia del año 2004 por culpa del que murieron muchos cientos de miles de personas.
– Las dramáticas imágenes de la niña Omayra Sánchez que pereció ahogada tras la erupción del volcán
Nevado del Ruiz en Colombia el año 1985 (mejor NO ver el video).
O tantas y tantas otras veces en las que el agua ha sido la causa de grandes sufrimientos para el ser humano en su conjunto.
Mucho menos grave fué la lluvia que azotó algunas localidades españolas durante los días 11 y 12 pasados y que en la Expo causó un tremendo caos y en Salou provocó que se inundaran una vez más todas las calles de la parte baja. Es un fenómeno que, a pesar de ser tan frecuente como periódico, siempre produce una gran intranquilidad en las gentes y tremendas molestias por la imprevisión que hay al respecto.
Somos nosotros los únicos culpables de que el agua torrencial que descarga sobre nuestros pueblos y ciudades, cause algunos males que hubieran podido evitarse sin más que haberse adaptado a las condiciones meteorológicas propias de nuestro país. Sin embargo se ha edificado dentro de los torrentes, habitualmente secos, pero necesarios en estas situaciones. Se han construido auténticos diques a los desagües naturales haciendo autopistas paralelas a la costa o vías férreas con el mismo trazado que ella (Véase autopista del Mediterráneo). Se ha parcelado el monte de tal forma que algunos hoteles o urbanizaciones están en pleno lecho mayor esporádico. Así que cuando llueve de forma torrencial las consecuencias ya se saben…
El fenómeno meteorológico conocido como Gota Fría es algo muy habitual en determinadas épocas del año, sobre todo a comienzos del otoño y especialmente en la zona mediterránea. Tiene hasta nombre propio asociado con un santo y se conoce como Cordonazo de San Francisco. Así pues no es nada nuevo debido al cambio climático, sino a la variabilidad meteorológica estacional propia de nuestra latitud y junto al mar Mediterráneo. Y sin embargo seguimos haciendo las cosas mal. Bastante peor que nuestros antepasados que estaban mejor adaptados a su entorno y evitaban hacer tantas burradas como somos capaces de hacer nosotros.
¿Algún día seremos capaces de hacer lo que toca, pensando en los «imprevistos» previsibles?.
Así se vió con mi cámara de fotos…