Ya se acaba la Expo y el pelotón de personas ávidas por apurar hasta el último instante de la misma hace que todos los días y a todas las horas esté el recinto abarrotado. Unos porque pensaron que al final habría menos gente, otros porque casi nos hemos hecho profesionales de la visita continuada y en general todos con muchas ganas de ver lo que todavía no hemos podido hacer.
Ayer pretendíamos ver a Sara Baras. Pero se nos adelantaron unos dos millones de personas tirando por bajo…Tras una tensa espera a pie de puerta, «blindada» por los miembros de Seguridad privada y Pública tuvimos que desistir de ver el espectáculo. No hubo manera de que permitieran pasar a unos 50 seres que cabíamos más que de sobras en la zona de «VIPS» (verlo de pie). Según referían los expertos en conciertos del Anfiteatro normalmente dejaban hacerlo una vez que empezaban las actuaciones. Pero ayer nos tocó el grupo de «irreductibles», como los galos de Asterix, y no entró ni Blas…
Menos mal que pudimos ver el pabellón de Kazakhstan y aproveché para hacer unas cuantas fotos con trípode y exposición lenta (aunque algunas ya estaban de antes). Así que lo uno por lo otro. Aunque lo de Sara Baras se merecía un poco más de «manga ancha». El lunes habrán desaparecido también ellos del recinto y nosotros seguiremos dando cuenta de más cosas que la Expo.
Mientras tanto tenemos la suerte de poder verla en internet, así que aquí os dejo algo para quitar el mal sabor de boca…
Eso puede incluso ser positivo. yo ya tenía ganas de «centrarme» un poco de un verano tan atípico. Hablando con Gabriel por teléfono nos hemos dado cuenta de que nos hemos hecho «adictos» a la Expo y nos costará superar el vacío que deje en nuestra ciudad y en algunos de nosotros. Así que el lunes volveremos todos a la rutina aunque no sea cruda, sino al punto…
Mi experiencia Sara Baras también fue «peculiar»…. He vuelto a la rutina… con toda su crudeza.
Ya ves que hay de todo en la viña del señor. La verdad es que nos fuimos con pena y sobre todo decepcionados por la poca colaboración de los que estaban cogiendo sitio. Pero la culpa fué nuestra por esperar hasta el último momento. Si bien como te digo parece que en otro tipo de conciertos con gente un tanto más «agresiva» les suelen dejar pasar. A los que gritaron qué puedo decirte que no sufrieras tú mismo.
Hola Carlos:
Yo estaba dentro del anfiteatro. Primero me puse en el «mogollón» en segunda o tercera fila frente al escenario. Y yo contento, buen sitio. Pero la gente empezó a empujar, a pasar por delante sin respeto, etc. Mi mujer se empezó a poner nerviosa ante tanto «apelotonamiento» y me salí un poco. Estuve frente a una de las pantallas, y bastante mejor, mas tranquilo.
Pero hubo dos cosas que no me gustaron:
1.- Como mucha gente se sentó hasta que empezó el concierto en la parte inferior, parecía mas lleno de lo que estaba. Podrían haber pedido a la gente que se pusiese de pie, y habrías podido entrar.
2.- Hubo unos cuantos «borregos» de los que no dejaban entrar (entre los cuales estoy seguro que tu no estabas), que se dedicaron un buen rato a gritar para entrar, con la única consecuencia de fastidiar a los que estábamos dentro escuchando el sonido que sigue siendo bajo para mi gusto.
En cualquier caso, creo que es mejor pecar de precavido, y en casos asi, no dejar entrar a mas gente. Imagínate que entra todo el que quiere y pasa algo. Se habria dicho que no hubo control. Es una putada para el que se queda fuera, pero creo que va en beneficio de muchos.
Por cierto, estuvo genial, aunque me fui antes del final.