(Si quereis ver más fotos del arco…)
En su nombre francés, Arc de Triomphe, suena con más «glamour».
Sea como sea es un monumento importante dentro de cualquier visita a París. Nosotros llegamos justo cuando había finalizado un acto de homenaje a los caídos. Todavía vimos a los «veteranos» de guerra luciendo sus condecoraciones, con orgullo y satisfacción, encantados de haber defendido a su País en cualquiera de las guerras en las que ha participado.
Dejando a un lado el sentimiento de orgullo patrio de un francés, comparado con el de otras nacionalidades, la verdad es que el monumento tiene su encanto. Aparentemente es un «tocho» grandioso, que rememora batallas y actos heroicos, pero bajo su arco se ve algo más que unas paredes con inscripciones, con placas conmemorativas y esculturas épicas.
La llama encendida en recuerdo al soldado desconocido, el nombre de Zaragoza destacado en uno de los pilares, la terraza elevada a 50 metros del suelo, te llevan a reflexionar sobre la utilidad de las guerras y si tantos soldados caídos en tantas batallas están debidamente justificados para construir un homenaje de este tipo.
Pero ellos al menos lo celebran y le dan valor. Nosotros ni siquiera somos capaces de izar nuestras enseñas con un mínimo de dignidad histórica. Desde luego que somos diferentes, a pesar de que seamos tan amigos de Monsieur Sarkozy…