Creo recordar que en algun artículo o comentario ya hable de la Alegoría de la Caverna, de Platón y que da inicio al libro VII de su obra La República.
Pero en el viaje a París descubrí una forma menos reflexiva para disfrutar de las sombras: El teatro de Sombras, que forma parte de la enorme colección de arte de que consta el Musée D’Orsay (conocido también como el de los impresionistas).
Espero que estas tres fotos os hagan pensar de manera ilusionada en que: «detrás de cada sombra siempre hay una luz que la genera«… (frase lapidaria que me apunto con copyright).
Lamia, La verdad es que todas las siluetas eran una chulada, la lástima es que no estaban en movimiento ni siquiera había un monitor donde pudieran verse en acción. Pero se intuían las posibilidades en una época en la que no había nacido el cinematógrafo.
Me encanta la señorita con polisón de la primera foto