(autor foto: Biele, en Flickr)
Y con ellas toda una serie de problemas asociados a la operación aérea. En tierra afecta fundamentalmente a la seguridad vial y hace que haya que extremar la precaución a la hora de lanzarse a una carretera. Pero eso es mejor que sigais la información diaria que da la misma DGT desde su propia web.
En cuanto a un avión lo que más puede preocupar a cualquiera es si va a poder llegar a su destino por culpa de la visibilidad en el aeropuerto. Estamos en una época donde las nieblas hacen su aparición y causan demoras y cancelaciones de vuelos. Incomodidad a los pasajeros y muchas dudas de si el comandante (la tripulación) están «exagerando» a la hora de evaluar la información meteorológica. Afortunadamente hay medios para poder aterrizar en estas condiciones de visibilidad reducida.
En general la intensidad y la persistencia de las nieblas dependen de su origen y de las condiciones climatológicas presentes. Todo el mundo sabe que la niebla no es otra cosa que partículas de agua en suspensión sobre la superficie terrestre. Pero lo que no es tan fácil es identificar a qué tipo corresponde cada una de ellas. Este fenómeno siempre se origina por condensación de la humedad presente en el aire al disminuir la temperatura ambiente.
De acuerdo a la clasificación meteorológica más amplia podemos distinguir dos tipos fundamentales.
NIEBLA DE CONVECCION (o ADVECCION):
El enfriamiento del aire húmedo se produce al desplazarse toda la masa de aire hacia una zona donde la temperatura es menor. Suele producirse en zonas costeras, cuando el aire sobre el mar se desplaza hacia la tierra que está más fría. En estos casos se nota cómo una densa cortina de niebla te invade progresivamente y en unos instantes te deja metido de lleno en una nube cuya densidad dependerá de la concentración de vapor de agua que tenga el mismo. Lo mismo ocurriría si sobre el mar, una masa de aire cálido y húmedo, se desplaza sobre una corriente fría y a una latitud donde haya menor temperatura, creando una niebla marina a veces «impenetrable».
NIEBLA DE RADIACION:
Este tipo de niebla se produce en el mismo lugar donde se observa. Generalmente en zonas de tierra donde al caer la noche, baja bruscamente la temperatura debido a la falta de radiación solar. Las capas de aire próximas a la superficie se enfrían más rápidamente que las más alejadas, por lo que se produce una condensación de la humedad presente de manera casi inmediata. En general este tipo de niebla necesita de unas condiciones de estabilidad atmosférica propias de un anticiclón, o sea viento casi nulo y muy alta presión. Debido a estas condiciones es el tipo de niebla que puede ser más persistente, ya que no habrá circulación de aire y por tanto si la humedad que se ha condensado no encuentra motivo para moverse puede durar varios días. No obstante, en los principios del otoño, cuando todavía la radiación solar es intensa, suelen desaparecer a lo largo de la mañana conforme el sol va calentando el aire de arriba abajo. Aunque al caer la tarde puede volver a aparecer. (De estas conocen mucho en Valladolid, por algo el aeropuerto está ubicado en Villanubla)
Volar en estas condiciones es un auténtico placer, una vez pasada la capa de niebla, el aire suele estar en calma, el sol brilla por encima de la niebla y todo es bello y nítido en el horizonte.
NIEBLA EN LOS VALLES:
El proceso de estas nieblas puede llevar aparejados los dos factores que lo desencadenan, ya que los montes actúan como barreras al movimiento de aire y haciendo que se estanque en las zonas de barlovento (el lado desde el que sopla el viento), sumado al propio enfriamiento del suelo durante la noche.
En la wikipedia dan otros tipos de nieblas a las que les dan otros orígenes, aunque todos ellos son derivados del mismo proceso físico: «condensación de agua a baja altura».
Ahora que ya sabeis algo más de nieblas, paciencia a la hora de volar y mucha prudencia en carretera.
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