Con la economía de estado ocurre como con la meteorología, que todo el mundo sabía lo que iba a ocurrir una vez que se ha producido el fenómeno.Ya avancé lo que estaba llegando en sendos artículos sobre el precio de la vivienda (cap. I ) o en (cap. II), así como de la burbuja inmobiliaria.
Ahora toca frenar esta tendencia y asustar a las masas para que no continuen con esta espiral compradora, que no genera riqueza sino que la distribuye, una vez más, entre unos pocos (incluidos los partidos políticos). Ahora hacen saltar las alarmas con sesudos estudios económicos donde ponen de manifiesto el error que supone comprometerse en hipotecas que sobrepasen los veinticinco años de amortización. Alertan de la repercusión tremenda que supone el incremento en un «cuarto» de punto en el precio del dinero. Informan del porcentaje de los ingresos familiares que se destina a la compra de vivienda. En definitiva, se curan en salud avisando de que ahora ya no «interesa»: comprarse un piso.
Han comenzado a hablar de otro «coco» que nos amenaza: «El efecto pobreza». Algo que ya hace mucho que se veía venir pero que no se ha querido frenar para apurar un poquito más las «Vacas gordas». Ahora que ya han hecho «caja», hay que mover el dinero en otra dirección. Llaman a gritos a los «porteadores» de dinero para que les ayudemos a que llegue a su destino. Imagino que en muy pocos días habrá grandes campañas de productos financieros para invertir «sabiamente» los ahorrillos. Emisiones de Bonos del Tesoro, grandes ofertas de Plazos fijos, Nuevos Fondos Mixtos con rentabilidades garantizadas, etc. Todos ellos para invertir a largo plazo e inmovilizar el dinero circulante, con el objetivo de reducir la inflación que nuestros gobernantes han sido incapaces de controlar con medios menos «engañosos». Por ello una vez más os recomiendo prudencia.
Si entramos en el juego de los asesores «oficiales» nuestro dinero poco beneficio nos va a proporcionar. Es el momento de ir un poco contra-corriente. Analizar nuestras necesidades a corto plazo y nuestros excedentes a largo plazo. A mi modo de ver seguimos siendo miserablemente manipulados por unos y otros, y nuestro dinero ganado con mucho esfuerzo se «evapora» cada vez con mayor facilidad y rapidez. Así que escudriñad un poquito lo que hacen los banqueros y seguid por ese camino. Aunque os digan que ahorreis en sus «magníficos» productos.
Cuando se calmen las aguas que ahora están haciendo que se agiten, todo será diferente a como nos quieren hacer ver. Mientras que en Zaragoza seguiremos con un poco más de inercia a la bajada del precio debido al efecto «Expo».
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🙂
De acuerdo. Indefensión ante esos megamemes con que nos envuelven.