(autor foto: Angel sin Claudicar)
No me he equivocado en la redacción de que » vemos la paja en el hombro ajeno y no vemos la viga en el nuestro»…
Me refiero literalmente al hombre ajeno, y no el que lleva una pajita en el hombro, sino que él mismo es todo paja. Tampoco me refiero a los espantapájaros que ahuyentan a las aves para guardar las semillas que echa el agricultor en su plantío.
Hoy quería hablar de los verdaderos «hombres de paja», de los que no es que guarden las semillas del labrador de los depredadores alados, sino que ellos mismos atraen a las aves carroñeras para guardarles los productos de su rapiña.
El significado de esta locución viene reflejado en el DRAE, y su sinónimo es Testaferro y también Fiduciario. O sea que actúan en nombre de otro poniendo la cara… generalmente muy dura, y obteniendo pingües beneficios de cualquier transacción que realicen.
Lo normal de un intermediario es cobrar una parte del beneficio como pago a su gestión. Pero cuando los negocios no son nada prístinos, y ocultan implicaciones, connivencias, favores o prevaricaciones… estos hombres de paja acaban «pagando el pato», son puestos a disposición judicial y por su insaciable hambre de prestigio y/o poder acaban siendo devorados por sus mentores.
Hoy se descubre a la sociedad un pequeño «agujero contable», una minucia de 238 millones de euros (40.000.000.000 pts), que se abrieron camino desde Marsans hacia otros lares menos turbulentos. Los «presuntos» autores de este despiste de pasta, responden al nombre de Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual, y parece ser que el beneficiario del traspaso de fondos es la sociedad TEINVER…(propiedad de los susodichos).
Me importa muy poco en lo personal que estos dos empresarios, uno de ellos el actual y- espero que interino- presidente de la CEOE, sean o no delincuentes (eso como siempre serán los juzgados quienes lo decidan), que se hayan forrado en nombre propio o ajeno, que reciban apoyo del Gobierno para que se les financien créditos para salvar a las empresas a las que han «esquilmado». Lo que me preocupa sinceramente es el destino al que se enfrentan sus empleados tras este asunto que traerá mucha cola. Les han dejado expuestos a las fauces de los leones y si mis temores eran fundados o no sobre el destino de SPANAIR, esta nueva situación no favorece en nada la continuidad de la misma.
Y si, como me temo, han actuado como testaferros de otros ¿de quien se puede tratar?. Lo ignoro, pero dudo mucho de que este tipo de operaciones sean producto de su inteligencia exclusivamente, y que no hayan tenido al menos una mano amiga que les haya «orientado» por dónde moverse a su antojo. Mientras tanto los Ministros a negociar las reformas laborales con el Presidente de la CEOE y con los Sindicatos.
Lo tenemos crudo para vender nuestras excelencias empresariales en turismo, fiabilidad, estabilidad de la bolsa, y paliar el creciente déficit público, si con estos empresarios de lo único que podemos estar seguros es de que, como mucho con una fianza, andarán por ahí creando nuevas empresas y cuatro puestos de trabajo temporal… siempre y cuando nadie consiga frenarles.
Raúl, los bancos suelen ser «pioneros» en muchas materias que luego se aplican al resto de empresas. comenzaron con la automatización (informatizada) de gestión contable, así que ofrecieron cursos de «adaptación» a los más antiguos, los cuales acabaron su vida laboral ante la imposibilidad de reciclarse a los sistemas informáticos después de muchos años haciendo asientos contables «a mano», cuadrando caja, etc… acabaron prejubilados.
Siguió con mayor exigencia de formación previa a los aspirantes, hasta que se superó ampliamente unos estudios de administrativo, con mecanografía y contabilidad, para llegar a la contratación por el mismo dinero de gente con formación universitaria. Luego hubo que aportar másters, conocimientos de mercados financieros, o de derecho fiscal y administrativo… Así que tenemos el empleado cuasi-perfecto a un módico precio.
Siguieron con la implantación de objetivos comerciales por oficina, volumen de clientes, captación de recursos ajenos, etc. de tal forma que el sueldo a base de incentivos (una vez logrado el «bonus») todavía dejaba un resquicio para ganar más de lo previsto. Así que ¿cómo acabar con ello?. eliminando a los «expertos» cuya cartera de clientes les permitía tener a todos contentos y fieles a la entidad, en función de los lazos afectivos entre bancarios y clientes-amigos.
Inventaron la promoción rápida de gente joven con su correspondiente traslado de oficina, para que se dejaran los cuernos para llegar a un mínimo casi inalcanzable, quitando además de enmedio a los directores que rondan los 50…
Como se presupone, y se demuestra que a la hora de ganar dinero son unos linces, esa ingeniería acaba siendo «imitada» y «mejorada» por empresarios de todo pelaje, con lo que la tendencia en la gestión de recursos (incluso humanos) es siempre a la huella que deja un banco.
Así nos va a todos. Las privatizaciones de antiguas empresas públicas se hicieron de manera similar, librándose de la gente más formada, cuyo sueldo era demasiado alto para los nuevos planteamientos, con lo cual siempre sobraban directivos cualificados. Y lamentablemente, por cada ejecutivo prejubilado, arrastra a un mayor número de empleados cuya dependencia directa era con él. Un nuevo director, con una secretaria asume más funciones que un equipo de trabajo bien coordinado. El resultado final tal vez no sea tan eficiente, pero desde luego mucho más barato, y cuando vas a llevar dinero a un banco, no importa mucho si el responsable es más o menos letrado, más o menos simpático, sino que sencillamente mueres al palo y lo dejas, porque tenerlo en casa no es seguro.
Si vas a pedir dinero, tienen las instrucciones muy precisas de que de inicio NO A NADIE. Luego será la alta dirección quien decida…
Espero no haber errado mucho en cuanto a mis amigos que trabajan en oficinas bancarias.
Pero tú de eso sabes todo, y yo soy un aficionado a observar y asimilar lo que me cuentan, así que aveces me equivoco. 😉
Confidencialmente, si es que este es un medio que se pueda decir así, te diré que en mi empresa, llevan años externalizando puestos de trabajo. Que significa esto?, pues que crean empesas con otro nombre que no son el Banco y pasan al trabajador a la otra empresa con lo cual, reducen el personal del Banco pero se integran en la otra, perdiendo todos los derechos del convenio de Banca y pasando al de Oficinas y Despachos que es mucho peor.
Como lo hacen? pues muy sencillo, te dicen que firmas el nuevo contrato o pasas a disposición de Recursos Humanos, y todos sabemos que significa eso.
En la nueva empresa, pierdes tu antigüedad en el banco, pierdes dinero porque no tienes ya »el bonus», pierdes los derechos conseguidos por los sindicatos a nivel de tipo de interés preferencial para empleado, y estás expuesto a que puedan prescindir de tí sin ninguna indemnización como en el Banco.
Que te parece? y además por lo que antes pagaban por un trabajo en el Banco, ahora le dan 800€ a un universitario, con 3 máster y 2 idiomas, con lo cual fíjate el dinero que se ahorran.
Ahora supongo que vas entendiendo los beneficios milmillonarios de los Bancos, y eso que en sí el negocio bancario los chavales nuevos no entienden, sólo son máquinas grabadoras de datos, que si entendiesen un poco lo que están haciendo, se saldrían del Mapa.
Bueno Raúl es lo que hay, pero el hecho de que salgan inicialmente airosos no significa que no estén sometidos al dictado de la justicia. Aunque con dinero ¡Chifletes!. Y ellos nos vacilan a todos por igual. Ojalá se les indigeste el caviar, en el yate… a ser posible con el dueño del mismo. 😉
Cuanta verdad Carlos hay en tus palabras, pero estos son los empresarios que nos han tocado en esta década, no son como Ramón Areces (El Corte Inglés) desde luego, hay que entender que son los que les han dejado ser, y si me apuras que te parece los sueldecitos del Sr. Gonzalez del BBVA y del Sr. Botin del Santander, por poner un ejemplo….
Cuando leo estas cosas me pregunto, quien sufre en este país la crisis?, evidentemente no todos desde luego, y este es un caso palpable como el Sr. Diaz Ferrán. A estos señores la palabra crisis les suena a negocio, porque para ellos negocio es todo, hasta con la miseria de los demás negocian.
En fin paciencia que no hay mal que 100 años dure, pero con ellos 99 sí.