Cuando el pensamiento fluye libre, y se traduce en palabras escritas, es cuando la polvareda que levanta una opinión trasciende más allá de lo racional, para acabar convertida en algo visceral, irrefrenable, en lo que ya sólo importa gritar más alto que el resto.
Líbreme Dios de dar alas al polvo y a la tormenta, pero tenía que hacerme eco de lo que publica Inde en su blog sobre la historia y el Archivo de la Corona de Aragón. Una corona que a fuerza de cambiar de cabeza no saben ya donde colocarla, si entre los rizos de un conde o sobre las barbas grasientas de un rey sin reyno…
El artículo en cuestión refleja el grado de dejadez institucional al respecto del archivo histórico, de la usurpación de una identidad que fué el origen de la mayor grandeza de España y su posterior constitución como un Estado moderno uniendo las dos coronas más importantes de entonces: Castilla y Aragón, tanto montan Fernando e Isabel.
Somos herederos directos de esa historia común, sin metamorfosis kafkianas, sin adulteraciones postreras. Somos continuadores de muchas estirpes y muchas vicisitudes políticas, pero somos lo que somos sin necesidad de recrear lo que querríamos haber sido. Esto es historia, lo demás son «historias» por no decir cuentos (lo que nos han contado).
Y aquí podeis ver el revuelo que se ha preparado… En fin, que soy aragonés y a mucha honra, así que ¡VIVA ARAGON!
María sonriente, tienes la ironía fina de la Gioconda… jejeje
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Inde, es que entre muchas otras cosas que hemos perdido ha sido la educación y/o la discrepancia serena y reflexiva. Somos una sociedad categórica en todo. Y siempre se oye más al que más grita… 🙁
Yo estoy a bolos, Alasdeplomo… aunque no debería: es archisabido que sobre estos temas siempre se monta bronca. Lo malo es el tono…