¿Me doy asco?

Justo hoy que estamos a principio del año 2011, me siento un miserable, antisocial y rebelde sin causa. Y todo porque sigo fumando…

Nunca hago proyectos ni me planteo buenas intenciones para los años nuevos, que desgraciadamente vienen tan deprisa que -antes de haber desistido de llevar a cabo cualquier buena acción- tienes que estar elaborando otras nuevas o renovando todas aquellas que has ido viendo que eran imposibles de realizar.

Así que no me había planteado dejar de fumar el día 2 por decreto, ni aprender chino, ni siquiera acudir a un gimnasio que me aburre tanto que no me merece la pena ni el esfuerzo de atarme unas zapatillas (casi sin usar) para segregar endorfinas a base de maquinas de tortura muscular.

Tampoco he hecho un listado de libros que tengo que leer necesariamente, ni voy  por fin a dedicarle algo de tiempo a manipular el fotoshop, ni me he planteado cambiar mis hábitos de manera drástica aunque estos no sean saludables.

Sigo siendo exactamente igual que hace dos días, pero sin cargos de conciencia. No he hecho ningún propósito de enmienda, ni de corregir nada que requiera tiempo y esfuerzo hasta que no llegue el momento oportuno, que no sé cuando será. Cuando llegue llegará. Así que tal vez, a lo largo de este año, iré evolucionando hacia lo que me vaya pidiendo el cuerpo y la mente de manera natural y sin presiones externas.

Igual es que como siempre voy «a mi aire» y me gusta oponerme a cualquier imposición reacciono declarándome en rebeldía. Eso sí prometo respetar la ley antitabaco, en vigor desde las 00:00 h de hoy, y no molestar ni dañar la salud ajena. No voy a discutir ni debatir en ningún momento con nadie, si es una ley absurda, o perjudica a los hosteleros, o será la puntilla de esos bares de barrio que vivían de furmarse un farias con la excusa de la partida. Y todo ello está expueto en esta Ley: Ley 42/2010, de 30 de diciembre, por la que se modifica la Ley 28/2005, de 26 de diciembre, de medidas sanitarias frente al tabaquismo y reguladora de la venta, el suministro, el consumo y la publicidad de los productos del tabaco.

NO FUMARE EN NINGUN LUGAR PROHIBIDO, ¡LO JURO!. Así que creo que me voy a volver un anacoreta, refugiado en el último resquicio de libertad individual que aún me queda, mi casa. Eso sí voy a habilitar una terraza calefactada para que mis visitas no tengan que someterse al tufo del tabaco que impregna mi hogar. Fumaré en mi sancta-sanctorum, junto al ordenador y mis libros. Saldré a la terraza a hurtadillas para meterme una dosis diabólica de nicotina y alquitrán, como los apestados. Y puede que hasta poco a poco acabe dejando la adicción.

Mientras tanto, viviré lo más feliz que pueda con mis defectos, vicios y malos hábitos, e intentaré ser cada día un poco más viejo que el anterior, con ese esfuerzo es más que suficiente para ir tirando. Y de lo demás ya veremos, conforme vaya surgiendo algo distinto ya os iré contando.  De momento ya no me doy tanto asco como al principio, porque al fin y al cabo entre párrafo y párrafo ya me he metido dos cigarritos, y me han dejado el sistema límbico a punto para recibir otro cafetito. Salud a todos los que os habeis propuesto dejar de fumar desde hoy. Espero acompañaros cuando sea…