Cuando describí un nuevo síndrome, la PSICOREXIA, (inexistente imagino), intenté hablar de nuevas palabras, de falsas enfermedades psiquiátricas de reciente creación, de un empeño por convencernos de que necesitamos ayuda profesional para el tratamiento de estas anomalías «ficticias». Mucho antes había tratado el tema de la investigación farmaceútica como un avance real hacia nuevas terapias farmacológicas, sin perder de vista que hay siempre una forma natural de encontrar el equilibrio espiritual en pequeñas actitudes y modos de reflexión «alternativos»…
Hoy os «vendo» esta crítica que hacen en este video de marketing, que define mucho mejor que yo lo que se esconde detrás de algunos fármacos. Tal vez abra los ojos de alguno al que las circunstancias adversas le hayan hecho dudar de su salud mental. La tristeza, la frustración, la insatisfacción, no son estados patológicos en la mayoría de casos. Sencillamente son sentimientos naturales, que van y vienen a lo largo de la vida y que se olvidan y superan de forma natural. No hay mal que cien años dure… y para enfermos imaginarios me quedo con el de Molière.
Vito. ¿las autoridades?.¡Están haciendo caja!. ¿quién crees que financia determinadas campañas políticas?. ¿Acaso la malaria, el dengue, el paludismo, no tienen solución farmacológica?. Lo malo es que son enfermedades de pobres… ¡POBRECICOS!. 🙁
Si este video estuviera en lo cierto, bjo mi punto de vista, sería una estafa de gigantescas proporciones. Aquí cabría preguntarse lo mismo que ha pasado con el sector financiero que ha provocado la crisis que tenemos. ¿Dónde están las autoridades reguladoras que controlan a las empresas farmaceáutica y sus productos?