No hablaré de una asignatura en particular, sino de EDUCACION, de enseñanza y del destino de esa formación, la ciudadanía, o lo que es lo mismo, la sociedad.
La formación académica no es por sí misma sinónimo de educación, ni siquiera de cultura, porque estas últimas son mucho más amplias que el conocimiento particular de una serie de temas de aplicación directa a un trabajo.
Hay mucho maleducado con titulación universitaria, y mucho inculto que sabe «casi todo» de una sola cosa, pero nada más del resto, por lo que en cuanto lo sacas de su «especialidad» deja de aportar valor a los demás.
En muchos casos se confunde el conocimiento con la sabiduría, el deseo de saber se labra desde los primeros momentos en que un niño se acerca al maestro, y descubre que el mundo que le rodea tiene muchas interrogantes, y que sólo se descubren las respuestas mediante una búsqueda ininterrumpida a lo largo de toda la vida.
Estamos asistiendo de manera «resignada» a la vulgarización del conocimiento, a la disminución de ese afán de aprender, a la posibilidad de obtener un título cualquiera, sin haber llegado a aprender lo más básico, y en definitiva a ser unos incultos certificados y homologados a la vulgaridad.
Cuando la Universidad tenía el caracter de UNIVERSALIDAD, en donde se abarcaba todo el conocimiento disponible, y se fomentaba el caracter crítico, la libertad de cátedra y pensamiento, y se exigía un esfuerzo propio por superar al maestro, era cuando surgía de verdad un ser racional, reflexivo y siempre lleno de ignorancia, como sentía Sócrates con su «sólo sé que no sé nada«…
La privatización de las escuelas, puede coexistir con la enseñanza pública (para todos), sin depender de beneficios ajenos a la uténtica riqueza que supone el SABER. Cuando enseñar no es más que otro «negocio» ocurren cosas como lo que ahora critica el COPAC, que pide desesperadamente que se supervise a las escuelas de aviación. ¡Un poco tarde, creo!. (Y ahora siguen con los controladores).
En cuanto a la formación de pilotos es sólo una pequeña muestra de lo que pasará cuando la formación de todos sea algo privado (privativo), cuando el negocio de enseñar deje de ser rentable para una empresa. La formación no puede verse sometida a los vaivenes del mercado, a las crisis económicas, porque para evitarlas o salir de ellas reforzados, esa formación es la mejor herramienta de que dispondremos. Y eso sólo se consigue facilitando el acceso al conocimiento de manera generalizada.
Acceder a la educación, a la cultura, y al conocimiento es una cuestión social de la mayor relevancia, es lo único que sirve, ahora y siempre, para evolucionar y crecer. El emitir títulos, a nivel popular masivo, no garantiza que esos titulados tengan conocimiento universal, en algunos casos ni parcial, pero hay que facilitar y promover el SABER para que luego surja el SER.