El amigo Emilio, Unjubilado, siempre me inspira nuevos artículos y me sirve de punto de partida para entrar al trapo.
Hoy publica una noticia en la que se advierte que circular a menor velocidad de la que se debería, de manera continuada, puede generar problemas mecánicos en los motores de automóviles, como a él mismo ya le ha ocurrido.
Conducir cualquier máquina con motor, requeriría un conocimiento básico del funcionamiento del mismo, aunque eso sería demasiado pedir para quien no pretende nada más que desplazarse entre dos puntos de la manera más rápida posible. Así que salimos de las autoescuelas con lo justito para saber que para que arranque el coche necesita por lo menos tener combustible.
Evidentemente no hay que ser tan exigente como para obligar a un conductor a estudiar termodinámica, con sus correspondientes ciclos, ni a valorar el régimen óptimo al que llevar un motor para obtener la eficiencia máxima. Pero sí que los políticos deberían asesorarse mucho antes de tomar medidas «presuntamente» beneficiosas de cara al ahorro energético.
Si se hubieran puesto en contacto con cualquier ingeniero mecánico, les habrían informado de que el rendimiento mecánico de cualquier máquina térmica es la relación entre la potencia efectiva (en el eje), y la potencia interna. También habrían averiguado que el par motor que se comunica al eje está en función del combustible que se consume, pero que si las revoluciones no se ajustan adecuadamente podemos estar gastando más combustible del necesario para mantener una velocidad determinada. Aquí juega un importntísimo papel la relación de transmisión (el cambio de marchas), para adaptar la velocidad de giro (RPM) a la potencia que nos está dando el motor y sacarle el mayor provecho sin gastar más para ir más despacio…
Han tomado una medida «a matacaballo«, apresurada, sin reflexión ni análisis adecuado. Han dejado saturar el parque automovilístico de los llamados coches de «alta gama», poderosos, veloces y pensados para circular en un rango de velocidad que ronda los 140 km/h como mejor régimen en cuanto a balance energético. Y sin embargo les sobran caballos, les estamos tirando de la rienda para que no se desboquen y no dejan de emitir bufidos, relinchos y de echar babas por el tubo de escape. Una mala combustión es lo que tiene, que acaba arrojando el exceso de combustible sin haberle hecho arder.
¿Qué podemos hacer nosotros?, desgraciadamente nada. Dejar los caballos en la cuadra… no podemos, ya que van en el lote del motor. Si levantamos el pie del acelerador acabamos pagando nosotros las averías «particulares» por una conducción inadecuada. Si queremos cuidar nuestra ganadería, dejando que corra al galope, acabaremos engordando la base de datos que la DGT tiene en forma de foto-finish, regalando puntos del carné, y pagando, a tocateja (para aplicar el descuento por pronto pago), la correspondiente sanción por conducción temeraria.
En fin que sólo nos queda matar a los caballos e ir viendo alguna mula vieja de algún tratante a ver si colocándola en algún motor, conseguimos inventar un nuevo ciclo físico para paliar el gasto de combustible. Claro que habrá que tener en cuenta que las mulas, de vez en cuando, sueltan alguna coz.
Jubi, ¡seguro!, además con un poco de forraje, avena, etc.andan «como motos». Y encima te dan cariño… 😉
«Para que arranque el coche necesita por lo menos tener combustible» y batería en condiciones, ya que en caso contrario el coche no arranca.
Siempre he cambiado la batería cuando el coche lo necesitaba, lo hacía yo mismo, pero en esta ocasión tengo que llevarlo a un concesionario. Si desconecto la batería me quedo sin autoradio ya que el código para activarlo lo he perdido.
Tengo una plaza de garaje bastante amplia, mi pregunta es la siguiente : Si monto un establo con cuatro caballos, conseguiría tener una cuadriga y olvidarme del par motor, de los ciclos, de las averías…