(foto del album Aragón Simulación Aérea)
Volar en simulador es la mejor manera de aprender a volar, sobre todo cuando tienes que trabajar en vuelo instrumental (IFR). Repetir las veces que haga falta determinadas maniobras, aproximaciones, procedimientos y el manejo de todos los sistemas (complejos) que tienes en una cabina de avión, sería hoy por hoy inconcebible sin haber dispuesto de estos simuladores.
El vuelo es un complejo mundo, mezcla de pasión y entrenamiento, de disfrute y sacrificio, de dedicación y estudio, hasta llegar al suficiente grado de pericia que te permita sacarle todas las posibilidades que ofrece el cielo infinito.
El piloto se hace, aunque su vocación nazca con él, a base de muchas horas de práctica, de tremendos baños de humildad a los que te somete el avión que quieres dominar. Es al principio una máquina «rebelde», que se niega a obedecerte y siempre te sorprende con algo nuevo en lo que ni siquiera habías reparado, y que te hace revisar permanentemente tu conocimiento previo de él. Hasta que no le hayas tocado todas las teclas de manera armónica, no podrás nunca interpretar el vuelo como una pieza de música, en la que actúas de director y músico a la vez, y que un profesional tiene que intentar convertir en arte.
El método, la técnica, el esfuerzo personal te ayudan a conocer la máquina y a confiar en ella. Los aviones son buenos de por sí, siempre acaban diciéndote si están «pachuchos», si tú mereces saborear lo que te ofrecen, y entonces se rinden a tu autoridad de manera noble y precisa.
Cualquier piloto actual os hablaría de las maravillas de un simulador, de la suerte que ha tenido de poder practicar todo aquello que necesita sin necesidad de despegar del suelo. Una emergencia entrenada es una maniobra más, y no un juego de azar en el que si te equivocas obtienes premio seguro. Aprendes a automatizar un gesto, a diferenciar lo inmediato de lo secundario, a elegir lo mejor de entre lo bueno, y a actuar unido a tu avión, del que formas parte siendo su mente, y le haces bailar al son que tú tocas.
Hoy os quería decir que en Zaragoza ya tenemos esta posibilidad de volar un simulador de 737. Han inaugurado esta misma semana un simulador en el que desarrollar estos aspectos fundamentales del vuelo. Para ello Aragón Simulación Aérea ha puesto a nuestra disposición una cabina de Boeing 737, magnífica, y que seguro servirá de entrenador de muchos pilotos de todos los niveles, que quieran mejorar su formación, o refrescar conocimientos antes de realizar una prueba en vuelo. Quizás también muchos pilotos virtuales, que siempre han soñado con la posibilidad de aplicar lo que ya han aprendido a lo largo de sus horas de vuelo en el PC, en un simulador real, verán su gran oportunidad para hacerlo efectivo. Y cualquiera de nosotros tenemos la ocasión única de darnos un vuelecito tranquilo, dejándonos llevar por la magia que tiene volar, y sentir que estamos siendo pilotos por unos maravillosos instantes…
¡Felices vuelos a todos, y en especial a Angelines y Pedro, artífices de esta iniciativa fantástica!. Y si quereis haceros amigos en Facebook, aquí os dejo su Muro.