Se buscan culpables…
El desgardicado accidente del vuelo AF-447, que acabó hundido en el Atlántico, conmocionó al mundo aeronaútico. Siempre es así por pequeño que sea el incidente.
Trabajar en el «confesionario» de una cabina de vuelo es ante todo un ejercicio de responsabilidad profesional máximo. Los pilotos además hemos cedido el derecho a la intimidad de manera generosa, permitiendo que quede registrado todo lo que ahí se habla en beneficio de la seguridad. No importa que el CVR (Cockpit Voice Recorder) grabe una confesión íntima de una persona hacia su compañero de cabina. Tampoco se oculta nada de una posible mala praxis, porque el gran hermano vigila cada parámetro del vuelo desde las entrañas del avión.
Es cierto que todo el mundo comete errores, salvo los dioses, pero generalmente esos errores no tienen ninguna trascendencia en la vida propia o ajena. Sin embargo un «presunto» error humano en un avión puede acabar en desastre.
Desde el momento en que ocurrió este accidente puedo garantizaros que los investigadores aéreos están analizando lo que pudo haber ocurrido. Simularon las condiciones de vuelo a las que se enfrentó el avión, con datos reales obtenidos de otros aviones que volaron en la zona antes y después del accidente. Reprodujeron las mismas, analizaron posibilidades, extrajeron conclusiones y aportaron nuevos patrones de actuación. Hoy no es momento de avanzar lo que supuso, salvo que hizo que la instrucción de los pilotos abundara más en errores de indicación en la velocidad de manera que estuvieran alerta ante situaciones parecidas. Se habló de sondas de velocidad (realmente sondas de Pitot), posible formación de cristales de hielo en su interior, a pesar de estar calentadas, anomalías que eran instantáneas y que inducían a acciones correctivas erróneas… (algo más sobre las sondas de Pitot)
Todo lo hacen puré estos medios sensacionalistas. Atacan a los muertos, destrozan la imagen y el recuerdo de unos profesionales seguramente extraordinarios, dejan en pelota picada la labor de las comisiones de investigación, de las conclusiones que obtienen y de las mejoras que se desarrollan de cara al bien general. Y todo por vender papel, que dicho sea de paso acaba con nuestros bosques.
Han rescatado las cajas negras, con ello se determinará -casi con toda certeza- lo que ocurrió verdaderamente. Ahora el trabajo pendiente es muy grande, se confirmarán sospechas, se descartarán hipótesis, se elaborarán informes y se implantarán nuevas medidas operacionales. Siempre ha sido así y espero que lo siga siendo. Pero…
Ahora se trata para algunos de algo muy sencillo DINERO. Hay que centrar el responsable de tanta desgracia, hay que lavarse las manos de la sangre derramada, y por encima de todo hay que ahorrarse una pasta. Ahora salen todos con aquello de. «A MI QUE ME REGISTREN». Pues eso ya lo hacemos nosotros a diario, en cada vuelo, porque estamos REGISTRADOS aún después de muertos, por eso no les dejan descansar en paz. ¡MALDITO PARNE!
Excelente Carlos!. Lo más facil siempre es echarle la culpa a los Pilotos, total están muertos, y no pueden defenderse. ¿Cómo puede ser que en tan poco tiempo hayan determinado que la culpa es de ellos??. Eso es absurdo!. Espero que esto sea un invento de la prensa y que realmente se este haciendo una investigación a fondo, sobre todo para que no se vuelven a cometer los mismos errores.