Hay que empezar el año con más ganas que nunca de apechugar con lo que venga. Da malagana ver los augurios que nos lanzan desde cualquier punto de vista y sobre todo los económicos. Pero el antídoto contra tanto agorero es no hacer ni caso.
Imagino que conforme vayan transcurriendo los días iremos recibiendo nuevos varapalos, nuevos recortes y más justificaciones de por qué es necesario volverse austero. ¿Más aún de lo que ya lo somos?.
A mí sinceramente no me coge por sorpresa, porque siempre he tenido en la cabeza que no éramos tan ricos como nos querían hacer creer, pero por la misma razón también estoy convencido de que tampoco seremos tan pobres como para dejar de vivir de una manera digna, pero sin despilfarros.
Las amas de casa son sabias en administración, cualquier pequeño sueldo que entra en casa lo convierten en algo tan elástico como para que llegue hasta fin de mes e incluso más.
Nos hablan de recesión, de más paro, de mayores ajustes… desviando nuestra atención de cosas mucho más importantes que nos llenan la vida.
Ciertamente hay muchas personas a las que las circunstancias han llevado a pasar penurias y no ven cómo conseguir ganarse honradamente la vida. Estar desempleado es sin duda el mayor problema que tiene quien quiere mantener una familia, y no es fácil encontrar cómo hacerlo. De nada sirven las palmadas de ánimo cuando mes tras mes esperas una ocasión que te permita trabajar. Pero tampoco sirven de nada las lamentaciones y la pérdida de confianza en uno mismo.
No sé cómo podría alentar a todos a encarar este año con algo de optimismo, con mucha fe en sus propios recursos. Y se me ha ocurrido hacerlo incluso con chulería, no esperando nada de un calendario que sólo da referencia en el tiempo, sino diciendo que este año vamos a por él con todo nuestro afán y que por nosotros no va a quedar.
Así que cada día debemos decirnos a nosotros mismos: «A por todas» y que sea lo que Dios quiera.
Alguien hace muchos años me dijo que: «no hay hombre más cobarde que uno sin dinero». Y yo diría que: «no hay nadie más valiente que aquél que lucha por todo sin tener nada que perder».
Hoy en día para valientes los socios del R.Zaragoza, Ole maños Olé!