Acabamos de estrenar compañía y ojalá que sea para bien. Me refiero a la iberia nexpresso, que ni es del todo una low cost, ni mucho menos IBERIA. Me da que, como decíamos los «castizos», no es ni chicha ni limoná.
De momento ha empezado alterando el equilibrio inestable del sector aéreo español, tan poco dado a establecer objetivos comunes, y tan atomizado que siempre la mayor competencia ha surgido desde dentro de nuestro propio país. A finales de los 80 del siglo pasado surgieron en España del orden de veinte compañías charter, de las cuales finalmente se consolidaron solamente dos, Air Europa y la ya extinta Spanair. Todas ellas querían quedarse con el negocio turístico al que «servían» y entraron en una batalla comercial en la que todos perdieron, volando incluso por debajo del precio de coste con tal de mantener abiertas rutas inviables económicamente con la esperanza de ser los últimos supervivientes.
El tiempo demostró una vez más que el minifundio nunca será competitivo en ningún sector. Ahora la batalla se centra en la contención del gasto y en la oferta de vuelos baratos también «a cualquier precio». Pero el precio a pagar por ello es demasiado elevado. Ese precio se traduce en la precariedad laboral, en la reducción de empleo y desgraciadamente en incrementar las cifras de desempleados. Eso es lo que están tratando de decir todos los trabajadores de Iberia, que ya vieron hace mucho tiempo las barbas de sus vecinos, y que aún habiendo puesto las suyas a remojo el rapado será muy doloroso.
Aquí somos todos algo «perros de hortelano», y nos enorgullecemos de ver cómo nuestra miseria se queda difuminada si la de nuestro vecino es un poquito mayor que la nuestra propia, y cómo mantenemos la hidalguía echándonos migas de pan sobre la pechera para simular que nosotros hemos comido. (¡Ay las novelas ejemplares que olvidadas están!).
Todos damos por sentado que Iberia desaparecerá antes o después, si se consigue mantener en pié el nombre ya será mucho, pero nunca más será lo que hasta ahora ha sido.
Estamos abocados a la cutrez, a la operación según el modelo «barato paisa» y nos parece estupendo poder viajar miserablemente en una compañía miserable, con un concepto empresarial más miserable. Mientras los profesionales aéreos buscan nuevos empresarios «a la antigua usanza» en donde su profesionalidad tenga una opción de seguir siendo la NORMA.
Aquí nos iremos quedando con lo que corresponde al top manta aéreo, burdas imitaciones de un producto que no es el mismo, que sólo tiene un aspecto similar pero que nunca será el original y genuino.
Veo con tristeza cómo muchos compañeros están marchando (o intentándolo) a países cuya expansión no tiene precedentes. Me refiero a Emirates, Qatar, etc. y que poco a poco se van a quedar con todos los mejores. Están comprando aviones a «toca teja» porque tienen todo el dinero que aquí se nos ha ido en pagar combustible. Están contratando auténticos profesionales aprovechando que aquí nos hemos permitido el lujo de dejarles en el paro. Están abriendo nuevos mercados, nuevas rutas, y poco a poco haciéndose propietarios de las compañías más grandes y más sólidas económicamente. ¿No querías economía de mercado?, ¡pues toma cultura del zoco! a ver si sabes regatear mejor que ellos.
A veces me han tachado de visionario (incluso de exagerado o loco), pero casi todas esas veces he acabado teniendo una intuición bastante próxima a lo que después sucede. No se trata de inspiración, ni de alucinación, ni siquiera de pálpito, tan sólo son reflexiones que hago tras la observación personalísima de determinados hechos cotidianos, que día a día van dejando en mí un poso de incertidumbre y que procuro ver hacia donde nos dirijimos.
No sé cuánto se tardará en llegar al monopolio aéreo en manos de los que tienen lo más importante para un avión, el combustible es la clave. ¿Dónde está el petróleo?. Pues allí está el negocio de la aviación. A partir de ahora creo que quienes estén en cualquiera de esas compañías tienen un futuro muy prometedor laboralmente, y que quizás pronto podrán volver a España trabajando dignamente en una de esas magníficas compañías con base o destacamento en Madrid. ¡Quien sabe!. Pero lo que creo que es cierto y muy posible es que el negocio aéreo estará centrado en Oriente medio dentro de un plazo de tiempo no demasiado largo.
Y si a alguno todavía le quedan ganas de leer le recomiendo este otro artículo de Inma Zamora en ABC, en el que dice que viajar en el low cost ya no será tan barato.