En Aragón (también en otras regiones) el «ICO» es una terminación que se aplica con cariño, así que decir que alguien tiene ya unos añicos es como para rejuvenecerlo.
Pero a los añicos que me refiero son los que van a saltar desde dentro del Ministerio de Fomento, el gran legado de Don José Blanco, que de momento es un «Campeón».
Hoy anuncian huelga general del Metro en Madrid, acaban de subir el precio de los trenes, de los billetes del Bus y el Tranvía de Zaragoza, y sigue en el aire el acuerdo de despidos en Iberia, otras compañías están a la espera de lo que se decida al respecto y su futuro está ligado a la pervivencia de la misma. Digamos que Iberia Express, Air Nostrum o Vueling están «en capilla» y si crecen o adelgazan será en función de lo que se decida en cuanto a la operación de «fusión» en IAG.
El destino de las aerolíneas en este primer trimestre está por definirse. De momento no hay huelga mientras se negocia el «acuerdo», pero en cuanto se produzca mucho me temo que será una cascada de acontecimientos. Si deciden salvar a Iberia, alguno pagará el pato, o los platos rotos. Si lo que quieren es desintegrarla definitivamente habrá que engordar al resto para cubrir algunas rutas. Complicada la situación.
El tratar parcialmente el transporte, ciñéndome a la aviación, es cuestión de disponer de más datos y algo más de información de la situación laboral en determinadas compañías aéreas, pero no por ello debo olvidarme del resto de sectores en los que el transporte es un todo único. Tenemos el transporte por carretera, ferroviario, marítimo, público, taxistas… y todos ellos con sus correspondientes reglamentaciones y licencias de explotación.
En cada sector hay una problemática común, que les afecta por igual en forma de tasas, impuestos, y desgraciadamente de disminución de demanda. Si el gobierno aumenta el impuesto sobre los carburantes, no hay transportista que sea capaz de asumir el incremento. Un tren sin viajeros no es rentable, pero ¿cómo medimos el valor de la interconexión?. Si vemos un taxi vacío dando vueltas tratando de conseguir una carrera, mal negocio.
No me gusta ser agorero, pero en Febrero me temo que la paz del transporte saltará hecha añicos. Un país que depende del turismo necesita el transporte como el agua de Mayo. Tanto da que venga un turista en avión como por barco, porque la cadena del viaje pasa siempre por casi todos los eslabones y una vez desembarcado necesita de un autobús, o un taxi, o un metro para llegar a un alojamiento (hotel, parador nacional o fonda). Tal vez prefieran un coche de alquiler, o utilizar un tren de cercanías, incluso una bicicleta, pero se necesita un medio de transporte cualquiera para que el viajero circule, y con él el dinero que pueda gastar en cualquier comercio, bar o chiringuito de playa.
Veamos lo que se cuece dentro del ministerio de Fomento y a ver cómo plantean el recorte de puestos de trabajo, pero si en otros ámbitos han metido la tijera sin pestañear, me temo que en esto no habrá grandes diferencias.