Algunas personas pueden creer que es una tarea sencilla una vez tomada la decisión de convertirse en padre o madre, y sin embargo muchas veces no depende exclusivamente de la voluntad y deseo de la pareja. No es suficiente con desearlo ni mucho menos es sólo cuestión de realizar exhaustivamente la función sexual con ánimo de reproducción.
La naturaleza muchas veces se empeña en no permitir que esos deseos lleguen a un embarazo deseado y que la especie se perpetúe en una nueva vida que sea a la vez germen de una nueva estirpe.
Tenía un amigo ginecólogo que «criticaba» determinados métodos anticonceptivos que no acababan de funcionar debidamente, sobre todo por error de sus usuarios, y terminaban con un «embarazoso» embarazo nada deseado. Sin embargo muchas parejas acudían a él con el problema totalmente opuesto; tras muchos meses de intentarlo no conseguían que la mujer quedara encinta.
De esto hace unos cuantos años, y el hombre generalmente se resistía a considerar la posibilidad de una infertilidad masculina, así que la primera visita médica solía hacerse a un ginecólogo. Afortunadamente los especialistas conocen sobradamente que las causas de la infertilidad afectan casi por igual a hombres y mujeres, por lo que el estudio conjunto de la infertilidad de una pareja empieza por un análisis que tiene en cuenta los factores que afectarían solamente al hombre, como un semiograma u otros análisis bioquímicos, genéticos o morfológicos. Hay muchas alteraciones que pueden llevar a una infertilidad funcional, mientras que otras son subsanables y tienen solución.
Ahora que el hombre ha asumido un rol distinto en las relaciones de pareja, mucho más colaborador y menos machista (salvo las malditas excepciones), también han entendido que la familia y los hijos es una cuestión de DOS, y no cargan exclusivamente a la mujer con un problema de fertilidad.
A todos aquellos que quieren tener hijos y parece que no llegan a conseguirlo en un tiempo más o menos «prudencial» les animo a empezar por lo básico: una visita a un centro especializado siempre descarta los factores más frecuentes, y puede aportar una solución para conseguir ese embarazo que ambos desean.