(fotografía de la Fuerza Aérea de Brasil)
Lamentablemente ahora sí que parece que los restos del avión siniestrado de air France son los que han ido apareciendo en el Atlántico. Y lo peor de todo es que han recuperado ya algunos cadáveres flotando en el agua.
Sólo me quedan pues muy pocas esperanzas de que se puedan encontrar algunos supervivientes en cualquier lugar, bien sea en balsa (aunque todo parece indicar que el accidente fué de impacto y así es casi imposible poder lanzarlas al agua), o flotando con un chaleco.
Sea como sea, lo que de verdad sería una buena noticia dentro de la gran tragedia, sería poder recuperarlos a todos ellos para que las familias tuvieran a dónde ir a calmar su dolor, para hablarles y, con el paso del tiempo, llegar a la paz que se obtiene al asumir con dolor la pérdida de un ser querido.
Como las elecciones ya han pasado, los funerales previos ya se han celebrado, deseo que los políticos no metan la zarpa en todo este asunto. Que determinen con precisión la identidad de todos y cada uno de ellos y no se cometan las mismas torpezas que se cometieron desgraciadamente en nuestro país con la chapuza de mezclar restos de diferentes cadáveres sin haberlos confirmado fehacientemente. Ya sabeis que me refiero al Yak 42, en el que a la propia tragedia añadieron matices rocambolescos con tal de salir en la tele manifestando su dolor y hacer campaña. ¡Asquerosos!.
Al menos se investigó, se juzgó y se condenó a determinados militares implicados en la identificación. Pero yo sigo pensando que el entonces Ministro de Defensa (Don Federico Trillo) tendría que haber asumido su propia «culpabilidad», como máximo responsable, no ya de la prisa por repatriar a los muertos, sino por las formas en que se gestionaba el transporte de tropas en misiones de Paz o de guerra.
Ahora no creo que esto vuelva a ocurrir y que con calma, con mucho tesón y sobre todo haciendo las cosas como se deben hacer, con respeto a las víctimas, se pueda llegar a enterrar a cada uno en su sitio, y si es posible seguir buscando aunque sólo fuera a un superviviente. Eso sería de verdad una alegría con la que mitigar levemente un gran dolor colectivo.
DESCANSEN EN PAZ Y EN SU TIERRA…