Hay diferentes versiones sobre el origen y protagonista de esta anécdota:
«Se cuenta que Rockefeller vendió todas sus acciones un día antes de la gran crisis del 1929, después de que su limpiabotas, en plena faena dándole al betún, le preguntó cómo iba la Bolsa. El gran magnate se dijo que si hasta los limpiabotas invertían en Bolsa, aquello iba a acabar mal.
Lo cierto es que desde hace algunos años los pequeños ahorradores hemos podido invertir algo de dinero en bolsa, bien a través de fondos de inversión, bien comprando acciones en ofertas públicas (» Las Matildes», «Endesas», etc.). De cualquier manera nuestras inversiones son generalmente de poca entidad y poco o nada estudiadas.
Ahora , después de un semestre extraordinario de subidas, llega la «corrección». ¡Mucho ojo con el miedo!. Si uno se asusta de repente, sin evaluar lo que lleva ganado/perdido durante un breve período, corre el riesgo de dejarse un alto porcentaje de valor en la venta. Hay que mantener la calma, siempre y cuando el dinero invertido no sea necesario inmediatamente. Si alguno ha entrado a valores especulativos sin conocer el mercado, ha asumido más riesgo del recomendable, así que le tocará perder.
Gracias a la posibilidad de invertir directamente en bolsa a través de la red, ha entrado mucha gente «a probar». Eso es malo, ya que muchas pequeñas pérdidas hace que unos pocos «recauden» todo ese dinerillo que sumado se convierte en un «pastón».
El Ibex 35 ha dejado los 15000. Pero todavía se lleva ganado mucho.