Desde que Ryanair comenzó con sus «ofertas» de vuelos desde Zaragoza, ya he picado dos veces para aprovechar estos viajes «tan baratos». La primera vez fuimos a Milán y ahora nos hemos ido de paseo por Londres.
Quería hacer una crónica de viaje pero sería demasiado largo y hasta aburrido para vosotros así que sólo daré unas pinceladas de un intenso y largo fin de semana.
Lo primero que sorprende al usuario de este tipo de vuelos es la ausencia de billete físico. Las reservas se hacen en la red así que solamente dispones de un «localizador» que sirve para facturar por lo que, en caso de algun problema, debes dirigir tus reclamaciones al «maestro armero». A continuación comprueban tu identidad físicamente teniendo que mostrar el DNI de forma individual y estando presente en el mostrador. El peso, como ya os he contado en otros artículos es «sagrado», hay que viajar ligero de equipaje y procurando no pasar de 15 Kg./pers., de lo contrario pagas el kilo a precio de salmón noruego. Como tampoco hay asignado asiento, los más impacientes se agolpan en el control de acceso para llegar los primeros a la puerta, no importa estar dos horas de pie con tal de elegir un asiento con «vistas» o cerca de una salida de emergencia por si acaso.
Antes has debido pasar el control de seguridad donde se te libera de todo aquello «imprescindible» en el equipaje de mano, como son: navajas, tijeras, botellas de gel de litro, crema hidratante como para dar masajes a un equipo de fútbol o simplemente agua suficiente como para atravesar el desierto del Sahara a pie. Una vez superada esta pequeña «gymkana», con que muestres de nuevo el DNI junto a la tarjeta de embarque, tienes vía libre para subir al avión y sentarte donde puedas, generalmente junto al pasajero ideal, bien con algo de sobrepeso (éste no paga ) o simplemente algo maleducado.
Superada esta primera fase recomiendo cerrar inmediatamente los ojos y, si es posible, colocarse tapones en los oidos para disfrutar relajadamente del viaje. Con ello conseguirás no sufrir el impacto visual de un «spam volante» ni escuchar las conversaciones «sottovoce» con las que solemos entretenernos los españoles. Si tienes las piernas plegables mucho mejor, de lo contrario apenas caben entre los asientos.
Puedes comer o beber algo a bordo, previo pago, así como adquirir material de regalo y hasta comprar una finca en La Toscana, pero merece la pena comprar los billetes de tren o autobús hasta el centro de Londres sin necesidad de hacer cola en las «ticket-offices».
Hola John,
Te hemos echado de menos, ¿ya te has recuperado?
Bienvenido de vuelto a casa carlos!! how was your trip??
john