Comencé hablando (introduciendo) lo que es una aproximación ILS, aunque apenas dije nada de lo que en realidad significa para una aproximación.
Hoy por hoy es la mejor manera de garantizar una aproximación a cualquier aeropuerto del mundo que tenga instalado el sistema, que son la mayoría. No obstante su implantación en determinados aeropuertos no es ni fácil, ni el tráfico que generan hace que se implante el sistema de forma generalizada.
Continuemos con la filosofía de esta aproximación…
Habíamos dicho que tenemos dos señales que «dibujan» una línea en el espacio, con una inclinación constante (de aprox. 3º) y que está alineada con la pista. Cuando un avión sigue esa linea imaginaria (aunque en los instrumentos es tan real como si fuera un cable de una tirolina) tiene la garantía de que ningún obstáculo está tan cerca como para afectarle ni lateralmente ni por debajo del avión. El sobrevuelo de cualquier obstáculo tiene unos márgenes muy precisos y siempre muy por encima de lo que se considera seguro. Igualmente en cuanto a separación lateral.
El ILS no sólo se utiliza en condiciones de visibilidad reducida o meteorología adversa, sino que en los casos en que está disponible es la aproximación que realizan todos los vuelos que se dirigen a dicho aeropuero. El tráfico aéreo se canaliza y separa en función de esta aproximación, y se autoriza a proceder a los distintos puntos iniciales de aproximación. Si el tráfico es intenso puedes estar haciendo «esperas» a distinta altitud o nivel hasta que eres autorizado a iniciar la aproximación a la pista.
La gran ventaja del sistema es su precisión, de tal modo que hasta una altitud determinada, el piloto no tiene ninguna necesidad de ver nada que no sean las indicaciones del «Flight Director», o sea de su horizonte con las dos líneas perpendiculares que le determinan su posición respecto a la trayectoria que debe de seguir.
Dependiendo de la precisión de la ayuda disponible tenemos distintas categorías de aproximación ILS, cuya única diferencia estriba en la altitud en la cual has de decidir si puedes continuar con la aproximación o realizar una aproximación frustada en el caso de que en ese punto no tengas referencia visual con la pista.
«Grosso modo» la mayor categoría del ILS se traduce en una altitud (altura sobre el terreno en las categorías III), menor cuanto más precisión ofrezca. en un ILS categoría I, la altitud a la que tienes que ver la pista o las luces es de 200 pies (61 m.) o superior, mientras que en un ILS de categoría III b te permite llegar a tomar tierra si a 50 pies (15 m.) ves las luces… En este último caso la toma ha de realizarse totalmente automática, ya que al piloto no le da tiempo material para hacer la transferencia del vuelo instrumental a una visión periférica adecuada para la toma.
Para no cansar lo dejamos aquí por el momento. Otro día hablamos de lo que significa en la práctica cada categoría de estas… Mientras tanto no os perdais este magnífico video muy ilustrativo de lo que se puede sentir al hacer un ILS en condiciones de niebla.
Pingback: ILS de categoría III. | Alas de Plomo
Jubi, ya ves, lo que es una categoría tres… Lo que es muy real es que además la capita de niebla se ve al principio que es compacta y muy superficial, así suele ocurrrir en la realidad. Estás volando en un cielo limpio y con el aire en calma, abajo ves una masa blanda algodonosa que refleja el sol y de repente, te quedas completamente metido en un túnel de lavado… Las luces de nuevo te llevan al abrazo con la madre tierra y comenienzas un nuevo ciclo…
Algo del ILS lo aprendí pilotando aviones -en simuladores de vuelo- claro que la mayoría de las veces al aterrizar me la pegaba, se me olvidaba abrir el tren de aterrizaje o en ocasiones llevaba demasiada velocidad por no haber desplegado los flaps.
El vídeo que nos muestras es fantástico, parece mentira que con esa visibilidad se pueda aterrizar un avión.