Así no llegarás a nada…

¿Alguna vez habeis oído algo similar en forma de consejo-reprimenda por parte de alguien que os quería?. En caso afirmativo es que sois normales. Pero si decís que no, es que siempre habeis sido más o menos perfectos y habeis cumplido con las expectativas depositadas en vosotros por ellos.

De cualquier manera quien no llegará a nada va a ser un gran fotógrafo-reportero de guerra, por hablar más de la cuenta, en el sitio menos apropiado y ante la gente más indebida. Me refiero a Gervasio Sánchez cuyo discurso a la hora de recoger un premio: El Ortega y Gasset el pasado mes de mayo, os presento ahora.

Ah, ¿qué no os sonaba?. Lógico pronunciando este discurso de «AGRADECIMIENTO» después de haber hecho estas fotos que vereis en grande pulsando en ellas:


» Estimados miembros del jurado, señoras y señores:

Es para mí un gran honor recibir el Premio Ortega y Gasset de Fotografía convocado por El País, diario donde publiqué mis fotos iniciáticas de América Latina en la década de los ochenta y mis mejores trabajos realizados en diferentes conflictos del mundo durante la década de los noventa, muy especialmente las fotografías que tomé durante el cerco de Sarajevo. ….

Quiero dar las gracias a los responsables de Heraldo de Aragón, del Magazine de La Vanguardia y la Cadena Ser por respetar siempre mi trabajo como periodista y permitir que los protagonistas de mis historias, tantas veces seres humanos extraviados en los desaguaderos de la historia, tengan un espacio donde llorar y gritar.

No quiero olvidar a las organizaciones humanitarias Intermon Oxfam, Manos Unidas y Médicos Sin Fronteras, la compañía DKV SEGUROS y a mi editor Leopoldo Blume por apoyarme sin fisuras en los últimos doce años y permitir que el proyecto Vidas Minadas al que pertenece la fotografía premiada tenga vida propia y un largo recorrido que puede durar décadas.

Señoras y señores, aunque sólo tengo un hijo natural, Diego Sánchez, puedo decir que como Martín Luther King, el gran soñador afroamericano asesinado hace 40 años, también tengo otros cuatro hijos víctimas de las minas antipersonas: la mozambiqueña Sofia Elface Fumo, a la que ustedes han conocido junto a su hija Alia en la imagen premiada, que concentra todo el dolor de las víctimas, pero también la belleza de la vida y, sobre todo, la incansable lucha por la supervivencia y la dignidad de las víctimas, el camboyano Sokheurm Man, el bosnio Adis Smajic y la pequeña colombiana Mónica Paola Ojeda, que se quedó ciega tras ser víctima de una explosión a los ocho años.

Sí, son mis cuatro hijos adoptivos a los que he visto al borde de la muerte, he visto llorar, gritar de dolor, crecer, enamorarse, tener hijos, llegar a la universidad. Les aseguro que no hay nada más bello en el mundo que ver a una víctima de la guerra perseguir la felicidad.

Es verdad que la guerra funde nuestras mentes y nos roba los sueños, como se dice en la película Cuentos de la luna pálida de Kenji Mizoguchi.

Es verdad que las armas que circulan por los campos de batalla suelen fabricarse en países desarrollados como el nuestro, que fue un gran exportador de minas en el pasado y que hoy dedica muy poco esfuerzo a la ayuda a las víctimas de la minas y al desminado.

Es verdad que todos los gobiernos españoles desde el inicio de la transición encabezados por los presidentes Adolfo Suarez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero permitieron y permiten las ventas de armas españolas a países con conflictos internos o guerras abiertas.

Es verdad que en la anterior legislatura se ha duplicado la venta de armas españolas al mismo tiempo que el presidente incidía en su mensaje contra la guerra y que hoy fabriquemos cuatro tipos distintos de bombas de racimo cuyo comportamiento en el terreno es similar al de las minas antipersonas.

Es verdad que me siento escandalizado cada vez que me topo con armas españolas en los olvidados campos de batalla del tercer mundo y que me avergüenzo de mis representantes políticos.

Pero como Martin Luther King me quiero negar a creer que el banco de la justicia está en quiebra, y como él, yo también tengo un sueño: que, por fin, un presidente de un gobierno español tenga las agallas suficientes para poner fin al silencioso mercadeo de armas que convierte a nuestro país, nos guste o no, en un exportador de la muerte.

Muchas gracias.»

Acerca de Carlos

Expiloto de líneas Aéreas, aficionado a las artes: Pintura, Literatura, Música, Fotografía, con ganas de divulgar aquello que he vivido a lo largo de mi experiencia profesional y humana..

5 respuestas a “Así no llegarás a nada…”

  1. No pasas una ¿eh Lamia?. Un poco de dramatismo añadido, un pequeño «enganche», una pizca de sensiblería y sale un articulito apañadete. Pero vas y demuestras que es todo un pedazo de profesional cuyo mérito está más que reconocido y premiado. Aunque luego le coma la mano al amo…

  2. Gervasio no «va a ser», ya «es» desde hace muchos años, un gran fotoreportero y periodista. Así lo reconoció la Asociación de la Prensa de Aragón, que lo distinguió con el máximo galardón que otorga dicha entidad.

  3. Gracias Javier, con gente como Gervasio los demás podemos llegar a un ligero «atisbo» de la miseria e hipocresía social.
    En efecto J.L. Gervasio es uno de los GRANDES

  4. Impresionantes las fotografías, tremenda la historia que hay detrás de cada una de ellas y ejemplarizante el discurso de Don Gervasio Sánchez. Me quedo con su nombre y mando el link de tu página Carlos a todos mis contactos.
    Muchas gracias por compartirlo con nosotros.
    Un fuerte abrazo,

    Javier P.

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