No sé si en alasdeplomo soleis encontrar algo de belleza en su contenido y/o forma de transmitir ideas, pero hoy vengo a hablaros de otro tipo de belleza.
Tal vez me digais que se me «ha ido la pinza», que yo no suelo hablar de estas cosas, que ni siquiera suelo poner ningún gancho fácil con «gente guapa»…
Pero aunque a mí en general me importa muy poco el aspecto externo de las personas, ya que me acabo fijando siempre en lo que no se ve, entiendo que haya muchas personas a las que su aspecto externo les preocupe, convirtiendose a veces en una «necesidad» personal o incluso una «obsesión» insana que tienen que resolver.
Estamos en una época extraña, donde la imagen es una llave para abrir determinadas puertas laborales, o sencillamente el primer punto de corte con el que te encuentras y que nunca será aducido para eliminarte de un proceso de selección de personal. Pero sean cuales sean las razones que te impulsan a acometer una armonización de tu personalidad con la imagen que ofreces, hay que tener respeto por la libertad individual respecto de su derecho a la propia imagen.
Para convertirse en una persona completamente de acuerdo consigo misma, hay que ajustar nuestras figuras haciendo que sean verdad las tres formas del SER. Lo que en realidad somos, lo que nosotros creemos que somos y lo que los demás observan que somos.
Como los medios que se ofrecen no dejan de ser más que una alternativa posible, se trata de elegir el sitio adecuado en el que lo que pretendemos se convierta en una realidad sin someternos a ningún riesgo añadido por culpa de una mala actuación en manos de un «carnicero estético». Hay que ir donde las garantías sean las máximas, donde los medios técnicos y el personal que te hará sentirte como tú querías llegar a ser, sea el más cualificado y en las mejores condiciones sanitarias exigibles.
Es por todo ello por los que os recomendaría valorar esta opción de Corporación Dermoestética a la hora de tomar esta decisión tan importante de cambiar el aspecto externo. De la parte interior os ireis encargando vosotros mismos… porque para ser bellos por dentro no hace falta acudir a ningún sitio que no sea vuestra propia conciencia.