Ayer tuvo lugar un acto único y espectacular a base del tañido de las campanas de varias iglesias, dieciseis en concreto, que con un total de setenta campanas llenaron la zona del centro de Zaragoza del sonido broncíneo de tan grandes instrumentos. (ver la crónica oficial de la Expo)
Esta iniciativa fué un homenaje a Zaragoza y a la Expo dirigido por el músico Llorenç Barrer con su obra Salduie (nombre original de la Zaragoza Ibera) que había compuesto con este motivo. La pena fué que un gran chaparrón deslució la permanencia en las calles de los numerosos curiosos que acudimos a disfrutar de semejante esfuerzo. Pero al sonido de las campanas no les afectó el agua.
A quienes sí afectó el agua que empapó sus cuerpos y sus tambores fué a los miembros de la Cofradía de la Virgen Dolorosa, quienes completaban el acto haciendo sonar sus bombos y tambores en la Plaza del Pilar. Basta ver los brillos de las gotas de agua en las cajas de sus instrumentos para comprender cómo estaban los pobres de calados. Sólo hice fotos del campanario del Pilar y de los tamborileros mojados…
Con esto estamos llegando a la recta final de los actos programados durante la Expo 2008 de Zaragoza, así que pronto tendremos que hablar de la familia…jejeje
Seguro que fué así Luis, pero es que los toques de campana se han convertido en algo tan extraño como muchas otras costumbres ancestrales.
por cierto el blog de Teresa es este:
http://durgom.blogspot.com/
cuando estuve en Zaragoza, para la Expo, me alojé en el Hotel Las torres, con un balcón justo enfrente de La Pilarica, pero no se si estaba sordo o muy cansado, pero no óí ninguna campanada , ni sioquiera del reloj… seguro que fué la hospitalidad mañica que quiso respetar mi descanso