Hoy no me refiero al ballet de Chaikovski, que puso música a uno de los cuentos de Hoffmann, adaptado por Alejandro Dumas.
Tampoco me refiero al instrumento propio para tal efecto de los que existen muchos modelos y patentes. Ahora que romper nueces así tampoco está nada mal. ¿Dónde venderán este aparato?.