Desde pequeño he mirado al cielo como si fuera mi entorno natural, disfrutando de las cambiantes formas de las nubes, observando el vuelo de las aves, y distinguiendo los infinitos matices de azules que nos ofrece. Cuando las tormentas se van formando y el suave aroma a ozono y tierra mojada te avisa de que la lluvia pronto caerá sobre ti, el cielo se va tiñendo de colores grisáceos y el viento se arremolina a tu alrededor, levantando del suelo nubes de polvo y papeles despreciados de golosinas o un periódico cuyas noticias han perdido la condición de novedosas. La tormenta descarga su fruto y nos demuestra siempre lo insignificantes que somos ante su poderío.
Pero el cielo de hoy no está negro por las nubes, ni por el humo de una fábrica, el cielo de hoy está negro de LUTO riguroso por la muerte de otras 116 personas en el accidente del vuelo AH5017 de Swiftair, que operaba en WET LEASE para Air Algerie…
Desde aquí, y desgraciadamente una vez más, quiero hacer llegar a las víctimas y allegados el pesar que siente toda la gran familia aeronaútica, sin excepción. Cada uno manifiesta su dolor y sus sentimientos de una manera personal y sincera cuando se enfrenta a un hecho inesperado de estas magnitudes, pero la AVIACION somos muchos y constituimos de verdad una enorme familia a la que la pérdida de cualquiera de sus miembros conmociona muy profundamente. D.E.P.
Hoy miro al cielo con tristeza buscando en él respuestas a lo que ha podido ocurrir en este fatídico suceso. Pero sé que no es ahí donde puedo encontrarlas, y mucho menos en las informaciones periodísticas que vuelven a la carga con las garras afiladas y los picos curvos de las aves carroñeras. ¡Basura!.
Me vuelvo a sentir indignado con la actitud generalizada en los medios de comunicación y, gracias a la maravilla de internet, el efecto multiplicador exponencialmente de todo aquello que llama la atención de la masa. Como siempre salen ya los nombres, los perfiles, las conjeturas, las tormentas, los contratos en precario, la mala suerte o los fantasmas que siempre nos asustan y que nutren la imaginación de mucha gente que no concoce nada de nuestro apasionante modo de vivir la vida: VOLANDO.
No me molesto en enlazar la noticia de ningún medio, no doy crédito a ninguna hipótesis, no quiero saturarme de los detritus masticados y regurgitados millones de veces por las aves de mal agüero. Sencillamente sigo mi propio ritmo, esperando el informe técnico cuando lo emita la Comisión de Investigación. El resto sobra, es la ganga que envuelve la mena de la verdad, y ese material de desecho conviene diluirlo y eliminarlo para no mover de un lado para otro más que lo sustancial y que permitirá a la familia poner los medios para defender y proteger a sus miembros, eliminando las causas objetivas e integrando en la cultura común ese conocimiento del hecho acaecido.
Ayer fue otro día triste, hoy esperamos que el cielo nos devuelva su color azul y sus rojos atardeceres, y que acoja en sus vientos las almas de todos aquellos que eligieron también vivir dentro de él, con alegría e ilusión. Descansad en paz hermanos…