Aparte de la enorme cantidad de arte que se puede visitar en cualquiera de los museos que ofrece París, hay un aspecto muy destacable en todos ellos: La decoración.
Realmente merece la pena una visita a cualquiera de ellos, aunque no te guste o te atraiga demasiado la pintura o la escultura. Sólo con ver las salas, los artesonados y las lámparas de todos ellos acabas convencido de que la visita no ha sido en vano.
El mobiliario y los objetos cotidianos a lo largo de los tiempos son una parte importante de la cultura. El análisis de los usos sociales, del poder económico y de la ostentación propias de la nobleza o de la burguesía, el dispendio grandioso en pequeñas piezas exclusivas, hace que la vista se recree en pequeñas maravillas cuyo único objeto era servir de adorno en algunos salones aristocráticos de otras épocas.
Como había tanto que ver y que fotografiar no quiero cansaros mucho con la infinidad de fotos que obtuve. Con esta pequeña muestra será más que suficiente para animaros a entrar en esos magníficos museos en los que no sólo hay arte, sino artesanía – de lujo, eso sí- y adivinar la suavidad de texturas que ofrece un ¿ simple? Jarrón de Sévres, o las líneas imposibles en maderas nobles que ofrece el mobiliario Art Nouveau, o el colorido de una vidriera o lámpara Tiffany.
El resto es cosa vuestra cuando decidais descubrir estas maravillas que a nadie dejan indiferente.