¡Despedido!. Es algo desgraciadamente demasiado común en estos días, pero hay maneras y maneras…
Conforme nos hemos ido acostumbrando a la crisis, nos hemos hecho casi insensibles a las más fundamentales normas de cortesía, educación y respeto hacia un trabajador que «sobra». No voy a entrar a juzgar la necesidad de determinados despidos, ni de los ERE’s ni de la solvencia de las empresas. Pero sí que quiero reivindicar el derecho de las personas a ser tratadas con la delicadeza que se merecen cuando, en el instante siguiente al despido, van a tener que afrontar algo más que la falta de ingresos.
Cuando a un empleado se le despide de un trabajo cualquiera, no hace ninguna falta privarle de la dignidad, ni hacerle sentir que «se lo estaba buscando», o tratarle como un potencial enemigo al que se le debe aislar de aquellos que han sido sus compañeros durante el período en el que ha ocupado su puesto.
Cada día oigo más casos de cómo se realizan algunos de estos despidos y que me demuestran lo poco que se considera el respeto mínimo hacia las personas. No creo que mandar un SMS (como a los empleados de Telemadrid), sea una forma adecuada de informar de algo tan lamentable como es quedarse sin trabajo. Tampoco entiendo que en algunos casos, se les de la carta de despido y a continuación tengan un taxi esperando a la salida, sin apenas tiempo de recoger tus cosas. O que ni siquiera se le permita entrar a trabajar y se le remita directamente al departamento de RR.HH. (Recursos humanos, ¡como odio esta expresión!).
Yo he pasado este trance y no es muy «gratificante» que digamos. Si preguntas por qué, la respuesta siempre es ambigua: «redimensionamiento», no corresponde al perfil, esperábamos más de Ud., o cualquier ocurrencia del «menda» al que le han metido el marrón de ponerte en la calle.
Tampoco me parece muy correcto que te notifique la Seguridad Social (vía SMS) que se ha tramitado tu baja, y nadie se ponga en contacto contigo para al menos decir que tus servicios ya no son necesarios. Es lo que tienen las contrataciones a tiempo parcial…
Señores empresarios, el mayor activo que puede tener una empresa son sus trabajadores. Otra cosa es que no haya tarta para todos, y donde no comen cinco no pueden comer diez. Pero cuando hay que decirle a una PERSONA que no puede seguir en ese trabajo, hay que dejarle que se vaya con la cabeza alta, con la dignidad intacta, y con la esperanza de que cuando cierre la puerta tras él, se le abrirán de par en par otras mejores, más amplias, y en donde será mejor recibido.