Hoy es el día de Todos los Santos, o mejor dicho de los difuntos, ya que aunque nos empeñemos siempre en alabar a los vivos una vez muertos, lo cierto es que muchos vivos no han tenido nunca nada de santos.
Las tradiciones ancestrales han sobrevivido a lo largo de la historia modificando sus formas y sus significados, adaptándose a los nuevos tiempos. El día de difuntos se remonta probablemente a los origenes de la raza humana. Desde que el hombre (homo erectus, sapiens, etc.) ha tenido conciencia de su propia vida, ha tenido la certeza de que su «destino final» era la Muerte. Esta certeza le ha hecho mirar hacia el más allá con la duda de qué habrá tras ese tránsito hacia su propia desaparición física.
Las religiones ofrecen explicaciones espirituales de todo tipo y cada uno se aferra a sus creencias en espera de «una vida eterna» donde recibir el premio de la felicidad que en vida se nos niega a todos.
De cualquier modo hoy (al menos hoy) recordamos a nuestros difuntos, con la añoranza de unos seres queridos que ya no nos acompañan. El mero recuerdo de ellos nos hace sentirlos todavía próximos y a veces en su evocación obtenemos respuestas a nuestro dolor por su pérdida.
Cualquiera que sea el motivo que nos lleve a recordarlos, hoy es un día de «reencuentro» con nuestros queridos difuntos. ¡Descansen en Paz!.
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