Así canta una jotica aragonesa:
Dicen que no dice nada,
La Virgen del Pilar dice,
Que no quiere ser francesa,
que quiere ser capitana
de la tropa aragonesa.
Más o menos así podría entenderse el viaje Institucional de Sus Majestades los Reyes de España a las dos provincias españolas de Ceuta y Melilla.
Sin palabras ha dicho con este viaje todo lo que tenía que decir al respecto. Ceuta y Melilla han sido, son y serán españolas siempre. A pesar del intento de hacer creer que las relaciones con Marruecos son «estupendas», de la hermandad entre pueblos, y todas las razones que se esgrimen en favor de la cooperación entre ambos países, la realidad demuestra que nada de eso es cierto. Ha bastado con el anuncio de su viaje a ambas ciudades, para dejar al aire (incluido el culo) la mentira diplomática que se vendía.
Ni se han superado las diferencias políticas en cuanto al tema del Sáhara, ni la inmigración ilegal a través de las fronteras con Marruecos, ni muchos temas que separan más que unen a ambos pueblos.
Ahora el Gobierno español se enfrenta con un dilema monumental de cara a la opinión pública. Por un lado tiene que esforzarse en demostrar que lo que propugna es cierto, a pesar de los «gestos» hostiles del Gobierno de su Majestad Mohammed VI, y por otro debe defender «pese a quien pese» el viaje de los Reyes a las comunidades donde todavía no habían estado durante su reinado.
Una obra maestra Política por parte de nuestro Rey. ¡No podía decir más con menos!. ¿Y ahora qué?, Sr. Presidente del Gobierno.
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