España no parece el sitio propicio para hablar de dimisiones, ni tampoco para ceses fulminantes de determinados «responsables», y sin embargo a nivel privado suele ocurrir con más frecuencia de la que se saca a los «medios».
En una compañía cualquiera, de cualquier sector, es importante formar equipo de dirección. La estructura jerárquica es importante a la hora de establecer las funciones y responsabilidades de unos y otros, y hacer que cada uno de los departamentos trabaje de manera coordinada con el resto para lograr los objetivos empresariales, marcados por la Dirección General, de una manera eficiente y beneficiosa para el conjunto.
Pero ¿qué ocurre cuando en un departamento dimite todo el cuadro directivo intermedio?. Ese departamento queda como un pulpo sin tentáculos, todo cabeza y ojos.
Espero que en el sector aéreo alguien saque a la luz un ejemplo «calentito» y recién ocurrido. Permitidme que no dé el nombre de la compañía ni de los «sujetos» que han perpetrado una estampida masiva. (Ya sabeis que no me gusta hacer publicidad gratis de según quien…).
Lo llamativo del caso es que lo han realizado a espaldas de sus «mentores», aquellos que pusieron a su alrededor un parapeto de estómagos agradecidos, o unos cuantos perros de presa para dirigir a sus rebaños. Ahora hay que aplicarles a aquéllos la sabiduría popular a base de refranes. Tanto les vale éste («quien da pan a perro ajeno, pierde pan y pierde perro»), y también el de «cría cuervos que te sacarán los ojos». Fueron unos maestros del conmigo o contra mí, y ahora ni con ellos sin ellos, porque sencillamente se «PIRAN».
El resultado es definitivamente una joyita repujada, una dirección de operaciones huérfana de jefes de las distintas flotas, sin jefatura de instrucción ni «amanuenses» para firmar las órdenes de ejecución en la hoguera de un simulador…
Es vox pópuli en el interior, pero apenas nadie tiene noticia de algo tan importante, como que una compañía de aviación se quede sin jefaturas directamente implicadas en la producción, en el vuelo en definitiva.
Parece ser que se han escuchado los gritos de ¡TRAICION! más allá de los hangares, que se han sorprendido de que otros hayan «comprado» determinadas fidelidades a un mejor precio y que al final se queden «descompuestos» y con la novia que además no es virgen…
La forma de dirigir, de crear equipo, de aunar voluntades se tiene que hacer de muy distinta manera, y yo sugiero: UN DIRECTOR DE OPERACIONES que se queda sin equipo si no DIMITE, tiene que ser CESADO FULMINANTEMENTE. Eso les haría mucho bien a los que quedan en el barco que hace agua por todos los lados.
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Como antiguo ex-empleado, ardo en deseos por saber quien ha dimitido y donde han ido. No sabía yo que las ratas de alcantarilla tuvieran tanto valor.
Mal asunto.